lunes, 11 de marzo de 2024

GRADO 11- PRIMER PERÍODO -2024 – TEXTO GUÍA 4B: EL EMPIRISMO

 

GRADO 11- PRIMER PERÍODO -2024 – TEXTO GUÍA 4B

 FILOSOFÍA MODERNA

EMPIRISMO (continuación)

C - GEORGE BERKELEY (1685-1753)

Nació en las cercanías de Kilkenny (Irlanda) y cursó sus primeros estudios en el Trinity College de Dublín. En 1707 fue ordenado sacerdote en la fe anglicana. En 1723 viajó a los Estados Unidos y se estableció en Newport (Rhode Island), donde intentó fundar un establecimiento misionero. En 1734 fue designado obispo de Cloyne (Irlanda) y en 1752 se retiró a Oxford, donde permaneció hasta su muerte.

Las principales obras son: Ensayo de una nueva teoría de la visión (1709), Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710) y otras. En general la obra de Berkeley, tomando como punto de partida el empirismo de Locke, llegó a considerar que la experiencia estaba compuesta de sensaciones elementales y que el motor de las ideas y percepciones era Dios.

Definir su pensamiento es difícil ya que se le considera empirista e inmaterialista a la vez y está dotado de un sentido cristiano de la existencia. Toda su vida estuvo marcada por el afán de realizar una apología de la religión cristiana y su sistema filosófico se orientó a responder al materialismo de Hobbes y a las ideas anticristianas de los librepensadores; por lo cual pensó que lo mejor era manejar como instrumento una teoría filosófica que él mismo denominó inmaterialismo, la cual posteriormente recibió el nombre de idealismo.

Berkeley rechaza toda abstracción y todo intento de reducir la realidad a puros conceptos o entidades abstractas. Las ideas matemáticas y geométricas, por ejemplo, no son conceptos abstractos que subsisten por sí mismos, sino que se fundan en representaciones y percepciones. Locke había negado la realidad, la objetividad de lo que llamó cualidades secundarias, como el olor, el sabor y otros (que consideraba como meramente objetivos). Para Berkeley, sin embargo, las llamadas cualidades primarias, como la extensión, también resultan ser meros contenidos de la representación subjetiva. De esta manera, para él, la materia no existe y todas las cualidades de los cuerpos, de las cosas de la realidad son tan sólo representaciones en la mente humana. De ahí que postule el famoso principio: Ser es percibir y ser percibido. Este principio se orienta básicamente contra el materialismo y le sirve para fundamentar una metafísica que subordine a Dios el espíritu del hombre, directamente y sin intermediarios.

D - DAVID HUME (1711-1776)

Nació en Edimburgo (Escocia) en el seno de una familia acomodada. Estudió derecho en su ciudad natal, luego se dedicó a los negocios sin mucha suerte, por lo que decidió dedicarse a lo que más le gustaba: la filosofía y el conocimiento en general. En 1734 se instaló en Francia en el Colegio la Fléche, donde escribió su obra fundamental, Tratado sobre la naturaleza humana (1734), libro que en 1748 reeditaría en forma definitiva. Además, escribió una Investigación sobre los principios de la moral (1751), en la cual formula los principios que rigen su ética, y una obra llamada la historia natural de la religión (1755). Como bibliotecario en la Facultad de Derecho de Edimburgo tuvo la oportunidad de escribir una Historia de Inglaterra. Junto con Locke es considerado como uno de los máximos representantes de la doctrina empirista. Llevó el empirismo de Locke hasta sus últimas consecuencias.

El punto de partida de la filosofía de Hume es el mismo que, desde Locke, sustenta a todo empirismo: la fuente del conocimiento radica en la experiencia; por lo que no puede haber principios innatos.

Establece dos tipos de contenidos de conciencia: las impresiones, que son propiamente las sensaciones que se experimentan. Las representaciones, hechos psíquicos representados en la mente, copia o reproducción de las impresiones. Las impresiones en sí son lo dado, el sustrato mismo de la realidad. Se caracterizan por su evidente realidad, mientras que las representaciones son tan sólo débiles reflejos de ellas. Por tanto, para él, las impresiones son básicas, pues afirma que todas las ideas o percepciones más débiles son copias exactas de las impresiones o percepciones más intensas. Todo el poder de la mente se reduce a la facultad de mezclar, trasponer, aumentar o disminuir los materiales dados por los sentidos.

De otro lado, todos los objetos de la razón e investigación humana, según Hume, se dividen en dos grupos: uno, relaciones formales de ideas, que dan verdades de razón que no se refieren a lo que pueda existir; como es el caso de la matemática, la geometría y el álgebra. Así pues, sólo en estas ciencias es posible encontrar necesidad y universalidad; pero una universalidad que sólo puede tener un valor formal, ya que los contenidos universales, como insiste el empirismo, no existen. Las ideas generales no son sino ideas particulares agregadas a un término que les da mayor extensión, porque recuerdan ocasionalmente a otros individuos que son similares. Dos, cuestiones de hecho, que no ofrecen en absoluto el grado de necesidad de las ciencias formales. Lo contrario a este tipo de cuestiones, a diferencia de las relaciones formales de ideas, es todavía posible porque nunca implica contradicción. Por ejemplo, el hecho de que el sol no salga mañana es una proposición ni menos inteligible ni más contradictoria que la afirmación de que saldrá. En vano intentaríamos demostrar su falsedad.

BIBLIOGRAFÍA:

-          Reale, Giovanni y  Antiseri, Darío. “Historia del pensamiento filosófico y científico”. III tomos. Editorial Herder S.A., Barcelona, 1988

-          Ferrater Mora, José. “Diccionario de filosofía”. IV tomos. Editorial Ariel, S.A., Barcelona, 1994

-          Onfray, Michel. “Las sabidurías de la antigüedad”. Editorial Anagrama. Colección Argumentos. Barcelona, 2007

-          García –Borrón, Juan Carlos. “Historia de la filosofía”. La antigüedad. Ediciones del Serbel, Barcelona, 1998

-          Atlas Universal de filosofía. Manual didáctico de autores, textos, escuelas y conceptos filosóficos. Editorial Océano. Barcelona, 2005

-          Recopilación: Francisco Javier Vélez Paniagua

 

 

 

 

 

 

 

 

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