jueves, 22 de agosto de 2024

3 PERIODO- TEXTO 4: Aspectos fundamentales de un proyecto de investigación

 

TERCER PERÍODO TEXTO GUÍA 4

ASPECTOS FUNDAMENTALES DE UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

ACLARACIÓN PREVIA: Es una investigación hermenéutica, esto es, consiste la interpretación de textos escritos, a través de un tema y un problema planteados

1 TEMA O IDEA DE INVESTIGACIÓN:

Con el surgimiento de una idea, se puede gestar un tema de investigación. Esta se puede dar de experiencias de la vida cotidiana, de la observación, de las lecturas o, incluso de la intuición. En su inicio la gran mayoría son vagas e imprecisas; pero con adentrarse en la problemática específica, se va delimitando, pero lo importante es que entusiasme, aliente e intrigue al investigador. Al abordar el tema ten en cuenta las siguientes preguntas:

¿Se cuenta con el tiempo necesario para abordar el tema necesario? ¿Genera entusiasmo e interés? ¿Existe bastante bibliografía para trabajarlo?...

2 AUTOR Y OBRA

A)      Autor: debe pertenecer a un país latinoamericano y que escriba en español

B)      Obra: puede ser escrita ( ensayo, cuento, poesía. No se recomienda novela, por cuestión de tiempo, pero si desea trabajar una, se puede), Pictórica (cualquier pintura u obra completa de un pintor), fílmica (película, cortometraje o documental) y musical (aquí el cantante o la banda musical, debe cantar en español). Por último, si desea proponer otro género artístico, puede

3 PREGUNTA PROBLEMATIZADORA

El problema a investigar debe ser formulado de forma clara y precisa, que apunte al por qué y el para qué de la investigación. No debe pasar de 3 renglones. No deben ser generales, sino más específica para delimitar el área del problema. No debe ser ambigua

4 HIPÓTESIS

Es la posible respuesta que se le da a la pregunta problematizadora o problema

5 OBJETIVOS

“los objetivos tienen un papel fundamental en todas las etapas del proceso de investigación: al inicio su selección y formulación dan claridad sobre el rumbo que seguirá el estudio; a medida que avanza la investigación, la verificación del cumplimiento de los objetivos es lo que permite pasar de una etapa a otra del proceso y al finalizar la investigación los objetivos se deben identificar con los resultados obtenidos. Además, si se logra o no los objetivos, permite evaluar de manera positiva o negativa el trabajo investigativo” (pág. 59)

Objetivo General: plantea de forma global lo que se pretende conocer, buscar y realizar en la investigación de forma global

Objetivos específicos: plantean las actividades que se realzan o investigan en el estudio para ayudar a conseguir el objetivo general, que no es una actividad sino un resultado. Pueden ser 3

6 INTRODUCCIÓN

Recuerde que, en la introducción, implícitamente, se responden 4 preguntas: ¿qué va a trabajar? ¿Por qué lo va a trabajar?  ¿Para qué lo va a trabajar? ¿Cómo lo va a trabajar? ¿Cuándo lo va a trabajar?

7 JUSTIFICACIÓN

En esta se indica o describe el porqué del proyecto, su importancia y utilidad y si es posible desarrollarlo

8 ESTADO DEL ARTE (REVISIÓN DE ANTECEDENTES BIBLIOGRÁFICOS)

En este punto se consulta si existen trabajos iguales, parecidos o que tienen algo que ver con el que se va a realizar. Se reseñan 3 trabajos con su respectivo resumen.

9 MARCO TEÓRICO

Busca explicar de forma conceptual, a partir de la teoría el problema y la realidad que lo rodea, por eso antes de elegir la orientación teórica (es decir los autores en que se va a apoyar parar explicar el problema), debe buscar que no se contradigan

En otras palabras, en el marco teórico a parecen los autores y la obra que se utilizan para apoyar las ideas planteadas en el desarrollo del cuerpo del trabajo, es decir, de donde son tomadas las citas que se utilizan. De escoger 3 autores y un resumen de cada una de las obras de éstos

10 ELABORACIÓN DEL CUERPO DEL TRABAJO (ENSAYO), DE MÍNIMO 8 PÁGINAS (a mano)

Este es donde se registra el resultado de la investigación, como un ensayo académico, de mínimo 5 páginas. Se puede presentar como un ensayo completo o dividido en capítulos

11 CONCLUSIONES (RELACIONADAS CON LOS OBJETIVOS)

El número de conclusiones debe ser el número de objetivos, ya que estas están amarradas con los objetivos. Cada conclusión no debe pasar de 5 renglones

12 BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Se resaltan los aspectos mas sobresalientes de su vida

13 BIBLIOGRAFÍA Y CIBERGRÁFIA

-Bibliografía: se debe presentar como una ficha bibliográfica

-Cibergráfia: las páginas web utilizadas

Nota: toda la información anterior es tomada de. “Proyecto de investigación”. Facultad de educación, coordinación de educación a distancia. MODULO. Fundación Universitaria Luis Amigó, Nélida maría Montoya Ramírez, Medellín- Colombia, 2004

 

 

viernes, 5 de abril de 2024

SEGUNDO PERÍODO-EXPOSICIÓN 1: LA ILUSTRACIÓN

 

GRADO 11-EXPOSICIÓN 1-PERÍODO 2

LA ILUSTRACIÓN

Se trató de un movimiento intelectual, artístico y filosófico que surgió en el siglo XVIII y se caracterizó por la revisión de la concepción del mundo y del hombre bajo la luz de la razón y de la experiencia. El movimiento partió de las transformaciones ideológicas del renacimiento y se fortaleció por las revoluciones políticas y económicas acaecidas en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Tiene su origen en Gran Bretaña, pasa a Francia, donde adquirió forma, para generalizarse en el resto de Europa. El siglo XVIII se distinguió por una serie de conmociones sociopolíticas que transformaron los sistemas de administración del Estado y la planificación de la economía de estos, como lo indican los hechos de la independencia de Estados Unidos (1783), la Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789). A todo ello contribuyeron, en gran medida, los filósofos de la época marcados por un gran entusiasmo en el triunfo de la razón humana.

La Ilustración criticó todos los prejuicios que habían impedido a los individuos el libre uso de su propia capacidad de pensar y de actuar, por lo que consideraban que la educación del pueblo debía buscar que éste fuera capaz de hacer uso de su propia razón. El término Ilustración, precisamente, se refería a la luz de la razón, que debía guiar el pensamiento de los hombres. Esta luz debía eliminar, por tanto, los valores tradicionales que habían dominado la Época Medieval, fundamentada en la fe ciega y en el equilibrio religioso. Sin embargo, se debe anotar que la razón ilustrada es una adquisición del hombre y no un legado divino, como se considera en algunos racionalistas. Por este motivo también se conoció el siglo XVIII como el Siglo de las Luces.

En el campo de la filosofía, el pensamiento ilustrado se olvidó de la metafísica pura, y se dedicó al estudio experimental de la constitución de la materia y de la vida. En religión, se criticó las religiones positivistas y las formulaciones del ateísmo. Se dio también una gran preocupación por el estudio de la naturaleza y sus leyes, lo que trajo importantes avances científicos en los campos de las ciencias naturales, la física, la química y la matemática; pero la tendencia más importante dentro del movimiento ilustrado la constituyó el enciclopedismo, que es el conjunto de principios filosóficos e ideas de los ilustrados franceses del siglo XVIII. Según los enciclopedistas, la razón era la que conducía al descubrimiento de verdades simples y evidentes, así como la única fuente válida de conocimiento junto a la experiencia. Por tal sentido, es posible deducir que el racionalismo y el empirismo fueron las bases sobre las que el pensamiento enciclopedista elaboró su concepción del mundo. El texto que Kant escribe en la respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?, sintetiza las características de esta época. Kant dice lo siguiente: “La ilustración es el abandono por el hombre del estado de minoría de edad que debe atribuirse a sí mismo. La minoría de edad es la incapacidad de valerse del propio intelecto sin la guía de otro. Esta minoría es imputable a sí mismo, cuando su causa no consiste en la falta de inteligencia, sino en la ausencia de decisión y de valentía para servirse del propio intelecto sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten la valentía de utilizar tu propia inteligencia! este es el lema de la Ilustración”. A continuación, se exponen algunos aspectos del pensamiento de sus máximos representantes.

*MONTESQUIEU (1689-1755)

Su verdadero nombre era Charles-Louis de Secondat, aunque se le conoce más como barón de la Bréde y de Montesquieu. Criado en el seno de una familia noble, estudió derecho en Burdeos y en París, lo cual le permitió más tarde dedicarse al ensayo político e histórico. Fue seguidor de la filosofía de Descartes, Spinoza y Newton. Su pensamiento osciló entre el idealismo y el materialismo. No centró su ética en la virtud sino en la felicidad, considerada como un moderado movimiento hacia un objeto accesible. Pero su pensamiento se orientó más al campo social y político.

En 1721 publicó sus famosas Cartas persas, que son una crítica sobre la realidad francesa, y que fueron prohibidas al año siguiente. En 1734 publicó Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos, reflexión de corte histórico y moral. Su principal obra, El espíritu de las leyes, fue publicada en 1748, en la cual expone su teoría acerca de un orden en el acontecer histórico y unas leyes que condicionan la actuación humana. Según él los códigos legales y las instituciones que rigen la vida de los pueblos, guardan una estrecha relación con unos condicionantes de carácter cultural, como las costumbres, la religión o la economía, y otros de tipo natural, como el clima o la geografía. No le bastó con reconocer las leyes del universo político, sino que pretendió reducir la multiplicidad de estas leyes a unos principios determinados.

*VOLTAIRE (1694-1778)

Su nombre original era Fancois-Marie Arouet, más conocido como Voltaire. Nació en París y estudió en el colegio jesuita Louis-Le-Grand, de cuya formación religiosa siempre se burló. Fue escritor, filósofo y enciclopedista y una de las figuras más sobresalientes de la Ilustración. Aunque se le considera un escritor polifacético y poco sistemático, es un símbolo del enciclopedismo y de las modernas ideas ilustradas que defendieron la libertad de pensamiento, la tolerancia y la justicia como instrumentos superadores de la ignorancia, el dogmatismo y las supersticiones de toda clase.

Su espíritu independiente le llevó a atacar cuestiones fundamentales de su tiempo, como el absolutismo y la superstición, por considerarlas alejadas de la razón y no sometidas al examen de la reflexión y el análisis. En todos sus escritos se destacó por la claridad crítica y la demoledora y mordaz franqueza de su pluma, que le ocasionaron numerosos problemas y enemistades a largo de su vida.

Pese a compartir muchos de los postulados aceptados por la mayoría de los ilustrados, a Voltaire le separó de ellos la falta de un optimismo metafísico y la fe en un progreso humano capaz de sacar de la mezquindad en la que el hombre está inmerso. Según él no era la sociedad, el Estado o la cultura las que corrompían la inocencia del hombre, sino el propio ser humano el causante de su propia miseria. La absoluta confianza en la razón de los racionalistas no era aceptada por Voltaire, para él la inteligencia humana podía, por sí misma, denunciar, criticar o corregir algunos prejuicios o errores, pero, por sí sola, resultaba impotente para erradicar estos males. Sin embargo, acepto la tesis del Deísmo, es decir, los planteamientos de la religión natural o racional que defendían la libertad ideológica, de culto y la tolerancia religiosa.

Entre sus obras más importantes están: Historia de Carlos XII (1731), Cartas filosóficas (1734), en las cuales realizó una radical defensa de la tolerancia filosófica y la libertad ideológica, tomando como modelo la permisividad inglesa y acusando al cristianismo de ser la raíz de todo fanatismo dogmático. En 1759 se publicó su mejor obra filosófica, Cándido o el optimismo, que trata sobre la idoneidad del mundo como lo conocían los hombres, el conformismo y la búsqueda de la felicidad. En 1763 compuso el Tratado sobre la tolerancia y en 1764 su Diccionario filosófico y realizó sus aportes a la Enciclopedia de Diderot y D´Alembert. También incursionó en el campo de la literatura (teatro y ensayo), con obras como Bruto (1730), La muerte de César (1735), El templo de justo (1733) y Ensayo sobre las costumbres (1756).

 *ROUSSEAU (1717-1778)

Nació en Ginebra (Suiza). Para compensar su precaria y desordenada formación académica, por no haber tenido un hogar estable, leía muchísimo, su formación fue más autodidacta. También trabajó como profesor de música, copista de partituras y compositor de ópera, pero fue despedido en 1741, porque se sentía incapaz de educar a los niños. En 1745 conoció a Voltaire y a otros enciclopedistas que le encargaron la redacción de artículos de música para la enciclopedia.

Fue filósofo, escritor, músico y un teórico político y social. La característica principal de su pensamiento fue que puso en duda que el progreso fuera un avance para la humanidad. Se mostró inseguro respecto al progreso que proporcionaba la razón. Para Rousseau la civilización era la causa de la pérdida de la libertad natural de la que había gozado el ser humano, bueno por naturaleza y corrompido por la sociedad. En su Discurso sobre las ciencias y las artes (1751) afirma que los progresos materiales de la humanidad han comportado su decadencia moral, lo cual se profundiza en el Discurso sobre el origen de la desigualdad de los hombres (1758). En esta obra imaginó al hombre en sus orígenes, viviendo en los bosques, sin lenguaje, sin industrias y sin vida social. Su idea de estado de naturaleza era, sin embargo, muy diferente de la que Hobbes había propuesto con anterioridad, aquella que postulaba “la guerra contra todos”. Para Rousseau el hombre, en su estado primitivo, poseía una benevolencia natural que le confería paz y tranquilidad. Según él, el paso del estado de naturaleza al de una sociedad civil organizada venía determinado por el establecimiento de la propiedad privada, cuya introducción conllevaba a la desaparición de la igualdad entre los hombres; lo cual tenía como consecuencia el surgimiento de las envidias y robos que traían el clima de guerra de la sociedad. Para acabar con estos enfrentamientos debía implantarse, en acuerdo con toda la sociedad, un gobierno pacificador que, así generara una desigualdad moral y política, era legalizada por el estado.

En el Contrato social (1762), Rousseau planteó la solución al rescate de la naturalidad de la sociedad civil o lo que de ella quedaba del estado natural. Como idea central señaló que cada hombre pone su persona bajo la dirección suprema de la voluntad general y nosotros recibimos a cada miembro como parte visible de todo, para poder aprovechar unos beneficios que iban desde la protección a la organización social. De este pacto surgió la república o cuerpo político, cuyos asociados eran los ciudadanos, en cuanto participaban de la voluntad general, y súbditos porque obedecían las leyes. Todo el pensamiento de Rousseau se basó en que una comunidad de ciudadanos era única y consistía en una asociación, en una personalidad moral y colectiva. Además, su idea de voluntad general representaba un hecho único respecto a la comunidad, en el sentido que ésta poseía un bien colectivo que no coincidía con los intereses privados de sus miembros. El Estado, para Rousseau, constituía una persona moral cuya vida consistía en la unión de sus miembros: era en la comunidad done los hombres obtenían la libertad civil, que suponía un derecho moral. El Contrato social fue la “Biblia” de muchos revolucionarios, así algunos de ellos interpretaran erróneamente varias de sus ideas principales, como la de voluntad general.

Además de sus planteamientos sociales y políticos, Rousseau se ocupó de la educación. En su obra Emilio o de la educación, planteó una auténtica propuesta pedagógica. Partió de la base que el hombre resultaba bueno por naturaleza y que era la sociedad la que lo corrompía. Por tanto, la educación de un ser humano bueno (Emilio) debía desarrollarse al margen de la sociedad y de las instituciones. Cuando nacía, el niño estaba en estado de naturaleza: la educación debía partir de esta consideración y dejar que la misma educación fuera parte de las necesidades e inquietudes del niño, nunca algo impuesto. El niño aprendía en contacto con la naturaleza y era educado en ella, de ahí la importancia de la educación de los sentidos, del cultivo de la libertad y del instinto o de las pasiones, que el adolescente Emilio, debía de aprender a someter la naturaleza. Este libro constituyó tanto una provocación a los usos educativos de la época como un antecedente de los estudios pedagógicos modernos.

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BIBLIOGRAFÍA:

-          Reale, Giovanni y  Antiseri, Darío. “Historia del pensamiento filosófico y científico”. III tomos. Editorial Herder S.A., Barcelona, 1988

-          Ferrater Mora, José. “Diccionario de filosofía”. IV tomos. Editorial Ariel, S.A., Barcelona, 1994

-          Onfray, Michel. “Las sabidurías de la antigüedad”. Editorial Anagrama. Colección Argumentos. Barcelona, 2007

-          García –Borrón, Juan Carlos. “Historia de la filosofía”. La antigüedad. Ediciones del Serbel, Barcelona, 1998

-          Atlas Universal de filosofía. Manual didáctico de autores, textos, escuelas y conceptos filosóficos. Editorial Océano. Barcelona, 2005

-          Recopilación: Francisco Javier Vélez Paniagua

 

 

 

 

 

lunes, 11 de marzo de 2024

GRADO 11- PRIMER PERÍODO -2024 – TEXTO GUÍA 4B: EL EMPIRISMO

 

GRADO 11- PRIMER PERÍODO -2024 – TEXTO GUÍA 4B

 FILOSOFÍA MODERNA

EMPIRISMO (continuación)

C - GEORGE BERKELEY (1685-1753)

Nació en las cercanías de Kilkenny (Irlanda) y cursó sus primeros estudios en el Trinity College de Dublín. En 1707 fue ordenado sacerdote en la fe anglicana. En 1723 viajó a los Estados Unidos y se estableció en Newport (Rhode Island), donde intentó fundar un establecimiento misionero. En 1734 fue designado obispo de Cloyne (Irlanda) y en 1752 se retiró a Oxford, donde permaneció hasta su muerte.

Las principales obras son: Ensayo de una nueva teoría de la visión (1709), Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710) y otras. En general la obra de Berkeley, tomando como punto de partida el empirismo de Locke, llegó a considerar que la experiencia estaba compuesta de sensaciones elementales y que el motor de las ideas y percepciones era Dios.

Definir su pensamiento es difícil ya que se le considera empirista e inmaterialista a la vez y está dotado de un sentido cristiano de la existencia. Toda su vida estuvo marcada por el afán de realizar una apología de la religión cristiana y su sistema filosófico se orientó a responder al materialismo de Hobbes y a las ideas anticristianas de los librepensadores; por lo cual pensó que lo mejor era manejar como instrumento una teoría filosófica que él mismo denominó inmaterialismo, la cual posteriormente recibió el nombre de idealismo.

Berkeley rechaza toda abstracción y todo intento de reducir la realidad a puros conceptos o entidades abstractas. Las ideas matemáticas y geométricas, por ejemplo, no son conceptos abstractos que subsisten por sí mismos, sino que se fundan en representaciones y percepciones. Locke había negado la realidad, la objetividad de lo que llamó cualidades secundarias, como el olor, el sabor y otros (que consideraba como meramente objetivos). Para Berkeley, sin embargo, las llamadas cualidades primarias, como la extensión, también resultan ser meros contenidos de la representación subjetiva. De esta manera, para él, la materia no existe y todas las cualidades de los cuerpos, de las cosas de la realidad son tan sólo representaciones en la mente humana. De ahí que postule el famoso principio: Ser es percibir y ser percibido. Este principio se orienta básicamente contra el materialismo y le sirve para fundamentar una metafísica que subordine a Dios el espíritu del hombre, directamente y sin intermediarios.

D - DAVID HUME (1711-1776)

Nació en Edimburgo (Escocia) en el seno de una familia acomodada. Estudió derecho en su ciudad natal, luego se dedicó a los negocios sin mucha suerte, por lo que decidió dedicarse a lo que más le gustaba: la filosofía y el conocimiento en general. En 1734 se instaló en Francia en el Colegio la Fléche, donde escribió su obra fundamental, Tratado sobre la naturaleza humana (1734), libro que en 1748 reeditaría en forma definitiva. Además, escribió una Investigación sobre los principios de la moral (1751), en la cual formula los principios que rigen su ética, y una obra llamada la historia natural de la religión (1755). Como bibliotecario en la Facultad de Derecho de Edimburgo tuvo la oportunidad de escribir una Historia de Inglaterra. Junto con Locke es considerado como uno de los máximos representantes de la doctrina empirista. Llevó el empirismo de Locke hasta sus últimas consecuencias.

El punto de partida de la filosofía de Hume es el mismo que, desde Locke, sustenta a todo empirismo: la fuente del conocimiento radica en la experiencia; por lo que no puede haber principios innatos.

Establece dos tipos de contenidos de conciencia: las impresiones, que son propiamente las sensaciones que se experimentan. Las representaciones, hechos psíquicos representados en la mente, copia o reproducción de las impresiones. Las impresiones en sí son lo dado, el sustrato mismo de la realidad. Se caracterizan por su evidente realidad, mientras que las representaciones son tan sólo débiles reflejos de ellas. Por tanto, para él, las impresiones son básicas, pues afirma que todas las ideas o percepciones más débiles son copias exactas de las impresiones o percepciones más intensas. Todo el poder de la mente se reduce a la facultad de mezclar, trasponer, aumentar o disminuir los materiales dados por los sentidos.

De otro lado, todos los objetos de la razón e investigación humana, según Hume, se dividen en dos grupos: uno, relaciones formales de ideas, que dan verdades de razón que no se refieren a lo que pueda existir; como es el caso de la matemática, la geometría y el álgebra. Así pues, sólo en estas ciencias es posible encontrar necesidad y universalidad; pero una universalidad que sólo puede tener un valor formal, ya que los contenidos universales, como insiste el empirismo, no existen. Las ideas generales no son sino ideas particulares agregadas a un término que les da mayor extensión, porque recuerdan ocasionalmente a otros individuos que son similares. Dos, cuestiones de hecho, que no ofrecen en absoluto el grado de necesidad de las ciencias formales. Lo contrario a este tipo de cuestiones, a diferencia de las relaciones formales de ideas, es todavía posible porque nunca implica contradicción. Por ejemplo, el hecho de que el sol no salga mañana es una proposición ni menos inteligible ni más contradictoria que la afirmación de que saldrá. En vano intentaríamos demostrar su falsedad.

BIBLIOGRAFÍA:

-          Reale, Giovanni y  Antiseri, Darío. “Historia del pensamiento filosófico y científico”. III tomos. Editorial Herder S.A., Barcelona, 1988

-          Ferrater Mora, José. “Diccionario de filosofía”. IV tomos. Editorial Ariel, S.A., Barcelona, 1994

-          Onfray, Michel. “Las sabidurías de la antigüedad”. Editorial Anagrama. Colección Argumentos. Barcelona, 2007

-          García –Borrón, Juan Carlos. “Historia de la filosofía”. La antigüedad. Ediciones del Serbel, Barcelona, 1998

-          Atlas Universal de filosofía. Manual didáctico de autores, textos, escuelas y conceptos filosóficos. Editorial Océano. Barcelona, 2005

-          Recopilación: Francisco Javier Vélez Paniagua

 

 

 

 

 

 

 

 

GRADO 11- PRIMER PERÍODO -2024 – TEXTO GUÍA 4A: EL EMPIRISMO

 

GRADO 11- PRIMER PERÍODO -2024 – TEXTO GUÍA 4A

 FILOSOFÍA MODERNA 

EL EMPIRISMO

El término “empirismo” viene del concepto de experiencia y plantea varios significados, de los cuales se destacan dos: la experiencia como información adquirida por los órganos de los sentidos, y la experiencia como vivencias, es decir, el conjunto de sentimientos, emociones, afecciones que el sujeto humano experimenta y que va acumulando en su memoria.

El empirismo se mira más desde la primera posición, por lo que es considerado como una doctrina de carácter epistemológico que resalta dos posiciones: una, afirma que todo conocimiento surge de la experiencia de los sentidos; dos, propone que todo conocimiento debe ser justificado recurriendo a los sentidos, por lo que sólo es conocimiento aquello que sea confirmado por estos. Ambos aspectos han estado a menudo estrechamente relacionados, lo que permite mantener, no sólo que el conocimiento se obtiene por medio de la experiencia y se justifica o válida mediante la experiencia, sino también que no hay otra realidad que la accesible por los sentidos.

Desde la antigüedad ha habido filósofos predominantemente empiristas y no empiristas. Se habla, por ejemplo, de Aristóteles como un filósofo que tiene (sobre todo al final de su carrera) fuerte tendencias empiristas, a diferencia de Platón, a menudo caracterizado como no empirista y racionalista. Pero el término empirismo, en la filosofía clásica moderna, se ha restringido a la filosofía inglesa, conocida como “empirismo inglés” y que se desarrolló en los siglos XVII y XVIII, con el fin de contraponerse a la corriente continental europea del racionalismo, ya que consideraba la experiencia como la única fuente válida de conocimiento. Sus principales representantes son:

A - TOMAS HOBBES (1588-1679)

Nació en Inglaterra, hijo de un clérigo. Estudió filosofía escolástica, lógica y lenguas clásicas en la universidad de Oxford y se graduó en 1608. Como tutor de William Cavendish pudo relacionarse con la nobleza y disfrutar de varios viajes por Europa. En su tercer viaje (1634 y 1637) conoció a Descartes, Gassendi y a Galileo. Fue este último quien le influyó concretamente, en su construcción de una filosofía social fundamentada en las ciencias naturales y la geometría. Sus obras más conocidas son Sobre el Estado (1642), Sobre el Cuerpo (1655), Sobre el Hombre (1658) y Leviatán (1651). La obra de Hobbes posee dos dimensiones fundamentales: la científica mecanicista y la política, ambas estrechamente relacionadas.

Su obra filosófica se situó entre el racionalismo cartesiano y el nuevo empirismo inglés, del cual fue uno de los precursores. Como empirista, su filosofía postuló la experiencia como base del conocimiento y, por tanto, consideró que los sentidos eran la única herramienta disponible para acceder al saber. De igual modo afirmó, que todo el universo estaba compuesto de materia que podía llegar a ser conocido por el hombre mediante la percepción sensorial. Aunque la fama de Hobbes se centra básicamente en sus teorías políticas y sociales, su filosofía constituyó la más completa doctrina materialista de los siglos XVII y XVIII. Fue el primer filósofo que aplicó sistemáticamente los supuestos básicos de la ciencia al comportamiento humano. Ante los resultados de Copérnico y Galileo, Hobbes pretendía obtener resultados similares en otras ramas de la filosofía. Buscaba unificar todas las ramas de la filosofía con el estudio de los cuerpos inertes, de los cuerpos vivos y de los cuerpos políticos. Estaba convencido que la clave del éxito de la física radicaba en su materialismo mecanicista (todo se reducía a cuerpos materiales en movimiento), extendió esta idea a la psicología, la filosofía moral y la política. Creía que, aunque las distintas ciencias investigaban diferentes asuntos, las leyes básicas de cada disciplina describían los movimientos de los cuerpos.

 LAS BASES DE LA FILOSOFÍA DE HOBBES

Concibió el universo como una gran máquina corpórea, en la cual todo se guiaba por las estrictas leyes del mecanicismo, según las cuales cualquier fenómeno era explicado a partir de elementos cuantitativos: la materia (extensión), el movimiento y los choques de dicha materia en el espacio. Esto lo llevó a decir: “El universo es corpóreo, todo lo que es real es material y lo que no es material, no es real”. Este texto, de su obra Leviatán, sintetiza la filosofía materialista de Hobbes, marcada por una postura determinista del mundo, que planteó que todos los fenómenos del universo se hallaban determinados estrechamente por la cadena causal de los acontecimientos. Por tanto, nada surge por azar, todo lo que acontece es el resultado necesario de la serie de causas, por lo que podría anticiparse y preverse

Frente al dualismo cartesiano, sustancia pensante y la sustancia extensa, Hobbes considera que hay un paso forzado entre éstas, que constituye un absurdo; ya que cree que el ser humano era un cuerpo y, como tal, se comportaba del mismo modo que el resto de cuerpos-máquinas. El pensamiento o la conciencia no eran una sustancia separada del cuerpo. Según él, la entidad corporal que somos y su conocimiento de las cosas proviene y se reduce a la sensación. De igual modo, cree que la sensación debía ser explicada a partir de postulados mecanicistas como producto de los movimientos de los cuerpos: el apetito y la aversión provocaban emociones. Los sueños y la imaginación eran reacciones a una gran variedad de estímulos corporales, tanto externos como internos.

-FILOSOFÍA MORAL

Lo moral estaba directamente relacionado con lo psicológico, que sostenía una concepción mecanicista de la motivación humana. Afirmaba que los fenómenos mentales no eran más que movimientos fisiológicos. Las acciones voluntarias eran iguales a los instintos, que llamó esfuerzos. Los esfuerzos son iniciados mecánicamente por estímulos sensoriales y guiados por una consideración cuidadosa de la situación. Los tipos más importantes de esfuerzos son los deseos y las versiones: los deseos mueven al hombre a perseguir ciertos objetivos, mientras que las aversiones lo conducen a evitar algunas situaciones y determinados objetos. Evaluar objetos o acciones como buenas o malas no dependía, según Hobbes, de nada más que de los deseos y las aversiones; por consiguiente, los juicios y evaluaciones son transitorios y relativos a cada individuo.

-FILOSOFÍA POLÍTICA

Desde el punto de vista de Hobbes, el ser humano no era un ser social por naturaleza, pues veía las personas como seres egoístas, desprovistos de auténticos sentimientos de simpatía, benevolencia o sociabilidad, ya que cada individuo sólo se preocupa de satisfacer sus deseos personales. Estas consideraciones negativas del ser humano llevaron a Hobbes a plantear sus postulados políticos con un carácter absoluto de la autoridad política, en la cual la razón apuntaba a la cooperación colectiva voluntaria de formular pactos entre ellos, que les permita vivir en comunidad.

Según Hobbes, en el estado de naturaleza u originario, todos los hombres tienen las mismas capacidades e idénticas ansias de conseguir aquello que desean. Ahora, cuando dos o más hombres persiguen el mismo objetivo se convierten en enemigos, lo cual lleva a que el Estado de naturaleza constituya un Estado de guerra de todos contra todos, surge entonces la idea: “cada hombre es un lobo para todo otro hombre”

El pacto que se establece entre los hombres para vivir en sociedad, el paso del estado de naturaleza a la sociedad civil, presenta dos puntos clave: el de la renuncia de cada hombre a su poder y el de la transferencia de dicho poder a un soberano, lo cual lleva a que la sociedad contractual quede unida bajo el despotismo del soberano. Únicamente la monarquía absoluta o el poder absoluto, encarnados en una sola persona, pueden garantizar la paz y la seguridad, pues si el poder se dividiera surgirían las luchas por intereses individuales. El estado sería algo artificial, contrario a la naturaleza humana, pero susceptible de garantizar la supervivencia de todos los hombres en detrimento de su autonomía y su libertad.

 B - JHON LOCKE (1632-1704)

Nació en Wrington, cerca de Bristol (Inglaterra). Estudió ciencias naturales, medicina y teoría del estado en la universidad de Oxford, donde permaneció hasta 1667 como profesor de griego y filosofía. Ese mismo año inició su amistad con el político inglés Anthony Ashley Cooper, primer conde de Shaftesbury de quién, además de amigo, fue consejero y médico. Éste consiguió para Locke algunos cargos menores en el gobierno, lo cual le permitió participar en la vida política de su país, que se vio interrumpida por su exilio en Francia (1675-1679) y en Holanda (1683-1688). Con la llegada de Guillermo de Orange al trono de Inglaterra, en el año de 1689, Locke regresó de forma definitiva a su país y durante 11 años ocupó un puesto oficial como responsable de comercio y agricultura.

Como filósofo, político y pensador es considerado el máximo representante del empirismo. Su obra ha ejercido una importante influencia en el pensamiento moderno. Como filósofo se ocupó de problemas políticos, sociales, educativos, religiosos y económicos. Su pensamiento político está expuesto principalmente en su obra Ensayo sobre el gobierno civil, que tuvo una gran influencia en el desarrollo del liberalismo moderno. Por otra parte, sus opiniones acerca de la religión las se encuentran en sus famosas Cartas sobre la tolerancia. Pero su pensamiento sobre el empirismo se encuentra expuesto en su obra capital, Ensayo sobre el entendimiento humano, publicada en 1690. En esta obra se pronuncia contra las ideas innatas y contra el racionalismo, que se basa en la existencia de este tipo de ideas. Dentro de los aspectos más importantes de su pensamiento están:

-EL CONOCIMIENTO

El empirismo de Locke resalta la importancia de la experiencia de los sentidos en la búsqueda y en el origen del conocimiento, en lugar de la especulación intuitiva o la deducción. Partió del principio de que todo, incluso lo abstracto, era adquirido y provenía   de la experiencia, rechazando la existencia de las ideas innatas. Esto lo llevó a afirmar que el espíritu es una tabula rasa en la que, posteriormente, las sensaciones van aportando las ideas simples y concretas y, más tarde, las complejas y abstractas: es la experiencia la que origina el conocimiento, como lo afirma en el siguiente texto: “Supongamos que el espíritu, por así decirlo, sea una hoja en blanco, sin ninguna letra, sin ninguna idea. ¿Cómo llegarán éstas allí? ¿De dónde proviene aquel vasto depósito que la fantasía industriosa e ilimitada del hombre ha trazado allí, con una variedad casi infinita? ¿De dónde procede todo el material de la razón y del conocimiento? Respondo con una sola palabra: de la experiencia. Todo nuestro conocimiento se basa en ella y de ella proviene en última instancia”. Para él las ideas son fenómenos mentales independientes de cualquier posible afirmación o negación, pues la idea es todo lo que se piensa o percibe, cuya fuente es la experiencia. Ahora bien, las ideas pueden ser de varios tipos: uno, de sensación, las procedentes de la experiencia externa y se refieren a blanco, cálido, frío, entre otras. Dos, de reflexión, fundamentadas en la experiencia interna y operan sobre el material dado por la sensación, como las que se refieren a pensar, dudar, creer, etc. Tres, mixtas, las que son de origen sensible y de origen reflexivo. Tanto las ideas de sensación como las de reflexión son recibidas pasivamente por el entendimiento y Locke las llamaba ideas simples; pero a partir de estas ideas pueden formarse ideas complejas, que se generan por una actividad del espíritu.

Ahora, referente al problema ¿Qué es el conocimiento? ¿Qué formas hay y hasta donde pueden conocerse?, Locke concibe el conocimiento como la percepción de la conexión, acuerdo o desacuerdo de cualquiera de las ideas de los seres humanos. Pero no se debe olvidar que las ideas tienen su fuente, en última instancia, en la realidad o experiencia. Locke distingue tres formas de conocimiento: intuitivo, por medio del cual el espíritu percibe el acuerdo o desacuerdo de ideas en forma inmediata. Demostrativo, que se da gracias a la intervención de otras ideas y es propiamente un razonamiento sensible, que se obtiene con los sentidos.

-TEORÍA POLÍTICA

Los planteamientos políticos y éticos de Locke constituyeron el motor del liberalismo inglés. Pensaba en la ley como el resultado del consenso entre los individuos, que debía regir la política de los pueblos y la autoridad misma debía darse como delegación de los individuos, y nunca de manera innata. La razón se confirma, así como el principio rector de las sociedades y como la base de la política. La separación de poderes es una consecuencia lógica al evitar la concentración de la autoridad en manos de unos pocos y al establecer mecanismos de control sobre los gobernantes. Él afirmaba que la soberanía no residía en el estado sino en el pueblo y que el Estado era supremo únicamente si respeta la ley civil y la ley natural.

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 19 de febrero de 2024

GRADO 11 PRIMER PERÍODO 2024 – TEXTO GUÍA 3B; RACIONALISMO

 

GRADO 11 PRIMER PERÍODO 2024 – TEXTO GUÍA 3B

FILOSOFIA MODERNA 

C - BARUCH SPINOZA (1632-1677)

Nació en Ámsterdam, de una familia acomodada de judíos españoles (obligados a convertirse, pero fieles en secreto a su antigua fe), refugiados en Holanda desde Portugal, para huir de las persecuciones de la Inquisición. Spinoza aprendió el hebreo en la escuela de la comunidad judía de Ámsterdam y estudió con profundidad la Biblia y el Talmud. Entre 1652 y 1656 estudió el latín, que le abrió el mundo de los clásicos (Cicerón y Séneca entre otros) y le permitió acceder a los autores renacentistas y a los filósofos modernos, sobre todo a Descartes, Bacon y Hobbes. Estos conocimientos lo condujeron a apartarse del judaísmo ortodoxo, motivo por el cual fue excomulgado por los rabinos (1656), abandona Ámsterdam y vive unos años en las afueras de la ciudad trabajando como pulidor de lentes. Luego se trasladó a la Haya, ciudad donde residiría hasta su muerte y donde continúo ejerciendo el oficio de pulidor. Durante esa época Spinoza elaboró un sistema filosófico original dentro de la más estricta tradición racionalista.

El pensamiento de Spinoza fue difundido sólo entre sus amigos y en forma particular. Las anotaciones de muchas de sus conversaciones informales fueron descubiertas después de su muerte; aunque en vida publicó algunas obras como El tratado teológico-político (1670) y la Ética demostrada según el orden geométrico (1674), que es considerada su obra más importante. Él no perteneció ni fundó ninguna escuela, sin embargo, alcanzó un lugar junto a los mayores pensadores de todos los tiempos, aunque hubo de transcurrir un siglo después de su muerte para que su pensamiento obtuviera el reconocimiento que merecía.

Su aportación más importante a la filosofía fue su intento de reformar el pensamiento en los campos de la ética y de la política, por eso se le considera como uno de los pensadores más éticamente comprometidos de todas las épocas. Una de las ideas claves de su pensamiento, postula que la realidad se deduce de Dios y lo hace de forma parecida a como se deducen, en geometría, los teoremas a partir de los principios. “La naturaleza no existe para satisfacer a ningún fin ni actúa tampoco por ningún fin; el ser eterno e infinito, que yo llamo Dios o naturaleza, obra con la misma necesidad con que existe; para su existencia, como para su obrar, no hay principio ni finalidad. Lo que se llama finalidad es sólo el deseo humano concebido como principio o causa primera de un objeto.” Si la realidad se deduce de Dios, éste será la sustancia. Por tanto, no hay sino una única sustancia, según Spinoza.  A continuación, se exponen algunos aspectos de su pensamiento.

- TEORÍA POLÍTICA.

La filosofía para Spinoza, era la única forma de conocimiento completo y esencial; por lo que también debía relacionarse con la moral y la política para, no sólo llegar al conocimiento, sino también modelar un estilo de vida ejemplar. Esto lo llevó a buscar la armonía entre el hombre y el universo. Las relaciones entre el ser humano y el mundo fueron el eje central de su pensamiento. 

La auténtica comprensión de la realidad, según Spinoza, parte de captar la unidad del todo por un proceso de ordenación, donde las ideas coincidan con el orden de las cosas externas. Por tanto, se trata de obtener un saber de salvación donde se pasa de ideas inadecuadas a ideas claras (racionalmente enlazadas), para llegar a la intuición de la unidad total. En estas condiciones toda parcialidad se ve superada y se alcanza así la libertad absoluta. Para ello, el Estado debe proteger a los individuos de la injusticia según los dictados racionales y practicar la tolerancia, para que esta libertad quede garantizada.

Spinoza distinguió, en su teoría política, entre el estado natural y el estado civil. En el estado natural del hombre no existe nada lícito o ilícito. El único móvil de las acciones de los individuos es el de su conservación; por lo que cada hombre quiere satisfacer sus propios deseos y considera enemigo a todo aquel que se interponga en su camino. Dada la peligrosidad que supone este comportamiento, es necesario constituir el estado civil, en el que la vida social se rige por leyes que intentan limitar el estado natural, y lo ilícito es la desobediencia a la ley. 

La forma de gobierno más adecuada, consideraba, era la democracia, en la que los individuos transferían sus derechos y sus poderes a unos representantes elegidos por ellos mismos, pero aceptó que el Estado debía ser fuerte para garantizar el pacto social y alejar a los individuos de la tentación de la rebelión. En síntesis, el Estado, según esta teoría debe: permitir la libertad de pensamiento y gobernar a los hombres de modo que, siendo abiertamente opuestos en su pensamiento, vivan, sin embargo, en una concordancia perfecta.

- EL CONCEPTO DE SUSTANCIA

Spinoza define la sustancia como Descartes, pero con algunas diferencias.  Es “aquello que existe por sí mismo y cuyo concepto no necesita de otro concepto para ser comprendido”. En este sentido la afirmación se basa en un monismo absoluto. Entendía la realidad como un todo único, en la que cada parte remitía a la totalidad y en ella encontraba su justificación y fundamento. A esta sustancia única le dio el nombre de Dios o Naturaleza y la doctrina es conocida como panteísmo. “Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.”

La diferencia entre la definición de sustancia planteadas por Spinoza y Descartes radicó, en que el primero reestableció la unidad del ser (pensamiento y extensión) que había roto Descartes con la separación de las sustancias (res cogitans y res extensa). El pensamiento y el ser dejaron de ser realidades independientes: cuerpo y espíritu, pensamiento y ser, para pasar a representar diversos aspectos de un único y mismo ser, que es Dios. Spinoza reconoció que Dios era la sustancia infinita y que en ella existían infinitos atributos, pero que la mente humana sólo podía reconocer dos de ellos: el pensamiento y la extensión. También distinguió entre Dios (natura naturans) y las cosas reales, que eran modos o manifestaciones de la sustancia infinita (natura naturata). El modo del pensamiento consistía en la idea y el de la extensión, en los cuerpos materiales; ambos producían las conexiones necesarias que convergían en Dios.

D - G. W LEIBNIZ (1646-1716)

Nació en Leipzig (Alemania), hijo de un profesor universitario. Dotado con una inteligencia extraordinaria y con una enorme capacidad de aprendizaje y asimilación, supo adquirir con mucha rapidez una cultura bastante superior a la de las escuelas que tuvo ocasión de frecuentar. En la biblioteca familiar, que era abundante y muy completa, Leibniz aprendió muchas cosas en calidad de autodidacta. Estudió filosofía en su ciudad natal, matemática y álgebra en Jena y obtuvo el doctorado en Altdorf, cerca de Núremberg a los 20 años. No obstante, el ambiente académico resultaba demasiado estrecho para satisfacer sus aspiraciones de crear una ciencia universal que reuniera las diversas disciplinas y configurar una organización cultural y política de carácter universal. Estas pretensiones lo llevaron de corte en corte y de capital en capital, y lo impulsaron a crear asociaciones de sabios y academias, para formular proyectos culturales y políticos de diverso género, en gran parte utópicos. En él se pueden percibir, según los estudiosos de su obra, dos filosofías: una, optimista, ortodoxa y superficial, y la otra, profunda, coherente y asombrosamente lógica. Su obra es bastante extensa, pues se pronunció frente a todos los temas de su tiempo, en forma epistolar, en tratados y en libros. Sus dos textos más conocidos son la Monadología (1714) y Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano (publicado tras su muerte, en 1765). A continuación, se exponen algunos aspectos relevantes de su pensamiento.

- TEORÍA DEL CONOCIMIENTO.

Leibniz intentó encontrar las leyes y principios de la naturaleza a partir de nociones metafísicas evidentes que pueden conocerse a priori, sin contacto con la realidad ni la experiencia. Consideró dos principios metafísicos como los más importantes para la ciencia: el principio de contradicción, por el que se juzgaba como falso aquello que implicaba una contradicción y como verdadero lo que se oponía a lo falso Y el principio de la razón suficiente, por el que se aceptaba que nada podía ocurrir o existir sin que hubiera una razón suficiente para que ello fuera de tal manera y no de otra. Con estos dos principios, Leibniz pretendía demostrar la existencia de Dios y la naturaleza del universo o lo que las cosas eran. Buscaba, ante todo, la armonía y el orden que regían el mundo. Al igual que Descartes y Spinoza, Leibniz consideró que era posible reducir todas las ciencias a una sola, así como poner de manifiesto los rasgos comunes de todas ellas y sus reglas de transformación. Planteaba que todo lo que existe es una posibilidad realizada y por esta razón está regida por el principio de la razón suficiente.

Su teoría del conocimiento se basó, fundamentalmente, en dos tipos de verdades:

*verdades de razón, son evidentes por sí mismas, constituyen juicios que pueden captarse sin recurrir a la experiencia y se comprenden sólo con la ayuda del entendimiento; por lo que se tratan de ideas innatas conocidas a priori. Su veracidad o falsedad se establece de forma lógica por el principio de contradicción y por ello no se refieren a la realidad. 

*verdades de hecho, son las que están basadas en la experimentación y se refieren a la realidad. Su veracidad se establece a través de la experiencia y responden al principio de razón suficiente.

- TEORÍA DE LAS MÓNADAS

Esta teoría surge a raíz de las críticas a Descartes en su concepción de la materia, pues Leibniz creía que ésta debía ser algo más que extensión.

El sistema filosófico de Leibniz está basado en la noción de sustancia individual. La monada era la sustancia simple o unidad primera de la que todo objeto estaba compuesto. Éstas son indivisibles e inalterables con respecto a cualquier influencia que venga del exterior, ya que, en sí mismas, contienen principios de cambio interno y de movimiento, características que no son más que un despliegue de sus propias posibilidades. Son cualitativamente diferentes entre sí y están ordenadas de forma jerárquica, por lo que es lógico pensar que cada monada es diferente de todas las demás, ya que no existen en la naturaleza dos seres iguales, pero cada una constituye en sí misma una representación del universo y, por tanto, consiste en un microcosmos. Según Leibniz, si se conociera con todo detalle una sola monada sería posible conocer todo el universo real. Para él el universo se componía de estas sustancias que consideraba carentes de extensión, eran elementos conceptuales (metafísicos) que se caracterizaban por la fuerza. Las monadas son puntos de fuerza pura, independientes unas de otras y existentes en número infinito, cuya característica principal es el dinamismo y no la quietud, como creía Descartes. “Era preciso rehabilitar las formas sustanciales, tan desacreditadas hoy en día, pero de tal suerte, que las haga inteligibles, y que separe el uso que debe hacerse de ellas de su abuso. Encontré entonces que su naturaleza consiste en la fuerza” Además, Leibniz creía que en la monada era posible distinguir diferentes estados: el de percepción, que es el presente, lo actual y el de apetición, que es la tendencia a un estado posterior. La monada evoluciona del estado de percepción al de apetición por su propia naturaleza intrínseca.

- EL HOMBRE, EL ALMA, EL MUNDO Y DIOS

Las monadas, de las cuales una de ellas predominaba sobre las demás en cada organismo, permitían explicar la totalidad del mundo físico y constituían el principio y el final del cuerpo de los seres vivos. Todo lo que forma parte del mundo y la naturaleza, como se ha manifestado, es un agregado de monada, pero debe distinguirse entre el nivel de organización de las mismas en los seres vivos y en la materia inorgánica. Mientras en la materia inorgánica las monadas se encuentran por mera yuxtaposición, casi sin vinculación entre sí; en los seres vivos hay una monada superior o rectora que Leibniz denominó entelequia (siguiendo a Aristóteles, aunque introduciendo algunos cambios). El concepto de entelequia Leibniz lo reserva para los animales y vegetales, pero en el ser humano se llama alma o espíritu, que es el grado superior. En el hombre únicamente la monada rectora, el alma, tiene conciencia (o como él la llama apercepción), no solamente percibe, sino que se da cuenta de su propia existencia. Ahora, por encima de la gradación de las monadas finitas o del mundo, está Dios, la monada central o suprema, ya que Leibniz afirmó que Dios estaba formado por una sola monada, que era divina e infinitamente perfecta Por eso, la actividad en el mundo responde al principio de razón suficiente que es querido y comprendido por el creador, ya que Dios obra por su entendimiento y no solamente por su voluntad.

 

 

 

 

 

GRADO 11- PRIMER PERÍODO- 2024 – TEXTO GUÍA 3A: RACIONALISMO

 

GRADO 11 PRIMER PERÍODO 2024 – TEXTO GUÍA 3A

FILOSOFIA MODERNA

La filosofía moderna se caracteriza por la búsqueda de un método que permita llegar al conocimiento y a la verdad, por eso ya no se trata de preguntar ¿qué es la realidad?, sino ¿cómo llegar a la verdad, al conocimiento?

1.     RACIONALISMO

Constituyó una corriente filosófica que se desarrolló en Europa a lo largo del siglo XVII y durante la primera mitad del XVIII. La característica más destacable de esta doctrina fue considerar que sólo a través de la razón se podía alcanzar el conocimiento auténtico o conocimiento de la verdad. Por tanto, atribuyó la primacía a la razón por encima de la experiencia, en la formación del saber. En general, el racionalismo tendía a considerar que los conceptos de la razón eran universales y necesarios, de carácter innato y constitutivo, y que poseían precisamente dichas características debido a que no se inducían de ninguna experiencia concreta. Las ideas innatas son verdaderas en sí mismas, porque estaban prefiguradas en la estructura misma de nuestra mente, de acuerdo a Leibniz. A partir de las ideas innatas, los racionalistas dedujeron un sistema de verdades que permitían abordar la realidad. Se trataba de un sistema deductivo de ideas, similar al método matemático, pues creían que, si la filosofía deseaba ser considerada ciencia, había de funcionar de forma similar al método deductivo matemático, únicamente en esas circunstancias se llegaría al descubrimiento de verdades universales. A continuación, se exponen algunos de los principios que recogen las bases del pensamiento racionalista:

- Se exalta la razón humana como facultad cognoscitiva: es la única que puede aportar un conocimiento válido. La confianza en el poder de la razón lleva a los filósofos racionalista a considerar que la mente humana es infalible si utiliza el método adecuado.

- No se basa en el conocimiento sensible ni en la experiencia para llegar a la verdad. Todo conocimiento que parta de la experiencia sensible es sospechoso y, con frecuencia, falso.

- Se admite la existencia de ideas innatas, anteriores a la experiencia, aunque se descubran gracias a ella.

- Se aspira a crear una filosofía universal válida para todo ser racional.

- Para los pensadores racionalistas las matemáticas representaban el tipo de conocimiento racional perfecto. Esta ciencia constituía un modelo de claridad y certeza, que utilizaba un método de deducción rigurosamente claro.

Para resumir, el racionalismo se caracterizó por considerar que únicamente a través de la razón era posible alcanzar el conocimiento verdadero; por lo que atribuyó la supremacía a la razón por encima de la experiencia, en la formación del conocimiento. Sus principales representantes fueron Descartes, Malebranche, Spinoza y Leibniz.

A - RENÉ DESCARTES (1596-1650)

Nació en la Haya (Turen, Francia). Es considerado como el fundador de la filosofía moderna. A los 10 años ingresó al colegio de los jesuitas de la Fléche, en el que permaneció unos ocho años, recibiendo una educación que incluía lógica, filosofía, física, geometría analítica y álgebra. Al finalizar el colegio, estudió derecho en la universidad de Poitiers, donde se graduó a los 20 años. Una vez graduado en leyes se trasladó a París y se convirtió en un joven desocupado, pero su pensamiento pronto volvió a centrarse en la matemática y la filosofía. En 1617 se trasladó a Holanda para ingresar en el ejército, pero como en ese tiempo el país no estaba en guerra, disfrutó de dos años para desarrollar su pensamiento filosófico que fue plasmado en la obra El discurso del método. En 1621 abandonó el ejército y tras viajar un tiempo por Italia se estableció en París en 1625, tres años más tarde, volvió a alistarse en el ejército holandés y, al finalizar su misión militar, vivió en Holanda durante veinte años (1629–1649). A esa época pertenecen gran parte de sus escritos, entre los que se destaca, fuera del ya mencionado, Los principios de la filosofía (1644). En 1649 la reina Cristina de Suecia, que se sentía atraída por la filosofía cartesiana y deseaba que fuera el mismo Descartes quién la instruyera, envió un barco para trasladar al filósofo a Suecia. A su llegada, la reina dispuso que el horario de clases se desarrollara a partir de las 5 de la madrugada. Durante su estancia en Estocolmo, Descartes evitó la compañía de casi todo el mundo, excepto la de sus amigos y discípulos y dedicó su tiempo a la aplicación de sus principios a la filosofía, la ciencia y la matemática, así como a la divulgación de su pensamiento. La dureza del clima sueco y la estricta disciplina de trabajo provocaron en el filósofo una pulmonía de la que no pudo reponerse, falleció en febrero de 1950. A continuación, se señalan algunas características de su filosofía:

- LA BÚSQUEDA DE UN NUEVO MÉTODO EN FILOSOFÍA.

Descartes consideraba que los sistemas filosóficos existentes, no correspondían a su idea de creer que la filosofía debía ser un saber universalmente válido, lo cual hizo que, como punto de partida, abandonara los sistemas filosóficos anteriores; aunque creía que en ellos había siempre algo de cierto, consideraba que se trataba de verdades muy particulares y que su adopción no haría más que perturbar la coherencia del discurso que el pretendía construir.

En su obra, Principios de filosofía, afirmó que ésta es un conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre pueda conocer y que todo puede llegar a conocerse si se utiliza el método adecuado, a saber, un sistema que haga uso de las capacidades y operaciones de la mente. Las herramientas de que dispone la mente son la intuición y la deducción. La primera consiste en la captación inmediata de una verdad, mientras que la deducción es toda conclusión necesaria derivada de otras cosas conocidas con certeza.

El método para conocer la verdad no ha de ser complicado: basta con que se sigan unas reglas básicas, si se procede de esta manera la mente alcanza el verdadero conocimiento. Los pasos que deben seguirse y las consideraciones que hay que tener en cuenta serían las siguientes:

-. No tomar nunca como verdadera ninguna idea hasta que se disponga de pruebas que demuestren que lo es.

.-Fraccionar los problemas en partes para poder solucionarlos operando desde los más simples a los más complejos. Se trata del descubrimiento o la resolución.

-. Comenzando por lo simple e ir componiendo, de forma ordenada, lo más complejo. Se trata de la síntesis o composición.

-. Realizar enumeraciones complejas y revisiones generales para no omitir nada.

De forma paralela y para elaborar su método de investigación filosófica, Descartes partió del modelo matemático, y tuvo en cuenta los siguientes puntos:

.-Búsqueda de una o varias verdades evidentes, cuya negación implique contradicción: se trata de los axiomas.

.-Establecer un conjunto de reglas de deducción segura y eficaz que permita, al partir de los axiomas, demostrar otras verdades: son los teoremas.

.-Seguir la cadena de razones. Estas incluyen los pasos con los que procede el matemático en su discurrido, los eslabones de la cadena de los que depende la conexión y que hacen evidente el orden de su constitución.

El método matemático se reduce al uso de la intuición y la deducción. Mediante la primera se conoce las verdades evidentes (los axiomas). Y a través de la deducción se alcanza las verdades que, sin parecer inmediatamente evidentes, logran serlo gracias a que se llega a ellas partiendo de los axiomas y procediendo a través de las cadenas de razones.

- LA DUDA METÓDICA

Una vez establecida su línea de pensamiento, Descartes la aplicó a la filosofía. Lo primero que emprendió fue la búsqueda de una verdad indudable que sirviera como axioma, estableciendo así la denominada duda metódica, que es un paso del método que hay que seguir. Se preguntó sobre las cosas de las que se podía dudar y, en primer lugar, afirmó que era posible poner en tela de juicio los datos que proporcionan los sentidos, puesto que en ocasiones eran equivocados, así como la existencia del mundo exterior en general, los razonamientos matemáticos e incluso, el propio cuerpo. Al examinar los pensamientos, pretendió establecer que todo lo que una persona pensaba no era más que una mera ilusión, que no se trataba de nada real. Así, llegó a la conclusión de que lo único que le quedaba era una mente desprovista de cualquier contenido, una conciencia que pensaba. Pero si pensaba, tenía que existir; de ahí su famosa frase, pienso, luego existo (el cogito, ergo sum). Esta idea se le presentó de forma tan clara y distinta que no la puso en duda y fue el concepto en el que basó el principio y la verdad primera de su discurso: “yo existo como algo que piensa”, es decir, como “una sustancia cuya naturaleza o esencia es pensar” y que no precisa de ningún soporte material para su existencia.

 LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS.

Descartes había demostrado que el hombre era básicamente un ser que pensaba. Esta solución le planteó otra duda ¿Qué era el mundo material, que precisaba del pensamiento para probar su existencia? Mediante su método llegó a distinguir las tres sustancias que componían el mundo real, a saber: el yo pensante, Dios y el mundo. La existencia del yo, su subjetividad, quedó demostrada, por la existencia de los pensamientos. Los conceptos que el yo piensa se pueden clasificar y ordenar por ideas adquiridas (aquellas que provienen del exterior, y por tanto fácilmente erróneas), ideas artificiales (las que el ser humano inventa arbitrariamente) e ideas innatas (que emergen de la misma facultad de pensar). La idea de Dios, como se expondrá a continuación, es una idea innata.

La demostración de la existencia de Dios era necesaria para que Descartes pasara de la interioridad subjetiva a la realidad objetiva: se precisaba un Dios que no engañara y diera validez a sus ideas claras y distintas. En consecuencia, la demostración de su existencia debía partir de su propio yo, de la única realidad que hasta entonces había establecido. Para demostrar la existencia de Dios Descartes recurrió a argumentos ontológicos. Postuló que “existen ideas que parece ser que hayan nacido conmigo (ideas innatas), como, por ejemplo, la de un ser perfecto”. La idea de la perfección está en los seres humanos, el yo pensante que se sabe imperfecto, y si se muestra consciente de ello es precisamente porque posee la idea de la perfección. Pero esta idea es innata, no puede proceder de sí mismo o del mundo exterior, ambos imperfectos. Y esta idea de perfección es precisamente la idea de Dios. De este modo, Descartes afirmó que había encontrado en sí mismo la idea de Dios, que se correspondía con la de un ser infinito, dotado de ilimitadas perfecciones.

Descartes pensaba que, si Dios lo había creado, no era extraño suponer que lo hiciera a su imagen, y así surgió la idea: “Dios está en mí, de la misma manera que yo pienso y me conozco a mí mismo”. Según Descartes la idea de Dios sólo podía constituir una idea innata, “pues su contenido (una sustancia infinita, inmutable e independiente) es tan diferente a mi yo que, sólo si Dios existe realmente puede haber dejado en mí esta idea”.

Una vez demostrada la existencia divina, que por definición es pura bondad, no forma parte de su esencia el actuar de manera engañosa. La existencia de Dios asegura que el mundo no es un espejismo y que, por tanto, los cuerpos y las cosas materiales existen. Por lo que, si bien los datos que me otorgan los sentidos no son los suficientemente seguros como para basar en ellos un criterio de verdad, sí pueden ser aceptados como fidedignos. De esta forma Dios se convierte en garante del conocimiento, de la veracidad de las ideas que proceden del mundo exterior.

Descartes también utilizó otros argumentos para probar la existencia de Dios a partir de la misma idea del ser supremo y con ello llegó a la conclusión de que Dios existía realmente y esta existencia se podía afirmar de forma segura y cierta, como sucedía con cualquier demostración en sí mismo, independientemente de las ideas.

- LA SUSTANCIA CARTESIANA.

Ahondando en la idea de las sustancias, Descartes afirmó que la sustancia era aquello que no precisaba de ninguna otra cosa para existir. En este sentido, más metafísico, sólo existe una sustancia divina e infinita, que es Dios. Sólo Dios es verdaderamente sustancia; no necesita verdaderamente nada más que existir, ya que su esencia implica su existencia. Pero también existen sustancias finitas como la sustancia extensa y la sustancia pensante, las cuales reciben de Dios la causa última de su existencia. Es decir, Descartes admitía la existencia de dos sustancias creadas y finitas: el mundo exterior donde se incluye el cuerpo y la mente.

Hasta el momento se ha planteado la idea de la existencia del ser humano como ente pensante y la de Dios como ser perfecto; Descartes consideró a ambas sustancias, pero con algunas diferencias: Dios es sustancia eterna (res aeterna) y el hombre es una sustancia cuya característica o cuyo atributo fundamental reside en pensar (res cogitans). Puesto que Descartes llegó a la conclusión de la existencia del cuerpo y del mundo exterior a través de la de Dios, también los consideró sustancias (res extensa).

Dios, según la filosofía de Descartes, creo dos clases de sustancias que constituyen el todo en la realidad. Una clase de sustancia es la pensante, o inteligencia, y la otra consiste en la sustancia extensa o física, la de los cuerpos y el mundo. Esta última sustancia es finita y creada. Las sustancias finitas presentan una serie de propiedades: unas esenciales y otras accidentales. Las esenciales constituyen los atributos. A su vez, denomina “modos” a las propiedades accidentales: son modos de la sustancia corpórea la figura, el movimiento o la posición. En la sustancia pensante los modos son el amar, el odiar, el juzgar o el desear. El atributo fundamental de los cuerpos y el mundo es la extensión, es decir, el hecho de ocupar un lugar en el espacio: por este motivo Descartes la denomina sustancia extensa (res extensa).

- EL ALMA.

Según descartes, en el mundo todo ocurría mecánicamente y con precisión, pues era el resultado de la obra de un ser inteligente que lo había dotado de leyes inmutables. Esta teoría mecanicista también la aplicó a los seres vivos, tanto a los animales como a los seres humanos. En vista que los animales no tenían rasgos que permitieran conocer que poseían sustancia pensante, podía deducirse que su movimiento era de tipo mecánico. En el caso de los seres humanos postuló que estos estaban formados por dos sustancias que no se comunicaban: la pensante y la extensa, en la que el cuerpo funcionaba de forma mecánica. La pensante correspondía al alma; por lo que en la filosofía moderna el alma se identifica con el sujeto. A partir del primer principio de Descartes (pienso, luego existo), el filósofo estableció que el yo no precisaba de ningún soporte material para su existencia. De este modo llegó a la conclusión que el alma era totalmente distinta del cuerpo, pero más fácil de conocer ya que ésta seguiría siendo, aunque ya no exista. Concluyó que toda vinculación entre el cuerpo y el alma era puramente accidental, estableciendo así, al igual que Platón, un dualismo entre cuerpo y alma.

B - NICOLÁS MALEBRANCHEN (1638-1715)

Nació en París y estudió filosofía y teología en el Collage de la Marche y en la Sorbona. A los 21 años ingresó en la congregación del oratorio, en el cual fue ordenado sacerdote cuatro años más tarde (1664). En esa época, empezó a leer la obra de Descartes que influyó considerablemente en su pensamiento. El método cartesiano le pareció muy adecuado para demostrar las teorías de San Agustín, autor de cuyas hipótesis quedó impregnado en el entorno espiritual del oratorio. Como matemático distinguido fue elegido miembro honorario de la Academia de Ciencias Francesa en el año de 1699. Entre sus obras más importantes se destacan: La búsqueda de la verdad (1674), Tratado de la naturaleza y de la gracia (1680), Tratado de moral (1683), Conversaciones sobre la física y la religión (1688), entre muchas otras. Los rasgos de su pensamiento se pueden dividir en:

- EL CONOCIMIENTO Y LAS IDEAS.

Como buen racionalista, Malebranche afirmó que el saber intelectual era el único conocimiento propiamente dicho y que podía tomar cuatro formas: conocimiento por sí mismo, el que se tiene de Dios; conocimiento por ideas, el que se tiene de los cuerpos; conocimiento por conciencia, el que se tiene de uno mismo; y conocimiento por conjetura, el que se tiene de los otros hombres. Malebranche se centró en el conocimiento por sí mismo y el conocimiento por ideas. Para él, el entendimiento humano era totalmente pasivo en el acto de conocer; así, si la realidad conocida no actuaba sobre el entendimiento jamás podría éste llegar a ella. Según esta visión, únicamente pueden conocerse las realidades espirituales y no así las corporales; sin embargo, las realidades corporales pueden verse sustituidas por otras no corporales que las representen: las ideas. En consecuencia, el conocimiento que se tiene de los cuerpos y del mundo material se realiza siempre a través de las ideas. Es decir, las ideas se presentan como modelos o arquetipos de las cosas, pero estas ideas no son producidas por un individuo en particular, sino que provienen de Dios. En definitiva, concluyó Malebranche, las ideas no son algo distinto de Dios sino sus propios pensamientos, y dado que el hombre no conoce las cosas corporales más que a través de las ideas, accede a ellas a través del pensamiento de Dios y, conocer los pensamientos de Dios, es conocerlo a él, según cree Malebranche; ya que en él todo constituye una sola y simple esencia. De esta forma el ser humano primero conoce a Dios y el resto de las cosas son percibidas en él o a través de él.

- LA CAUSALIDAD Y EL OCASIONALISMO

En general se entiende por causalidad el origen, el principio o la ley en virtud de las cuales se producen efectos; dicho de otra forma, es la relación existente entre causa y efecto. Para Malebranche solamente Dios era capaz de crear y, por tanto, de causar en sentido estricto. De este modo, las que son llamadas causas no son más que ocasiones (o causas ocasionales) para  la intervención siempre creadora de Dios. Dios toma las relaciones entre las cosas del mundo material o entre el alma y el cuerpo del ser humano, como ocasiones para ejercer su voluntad. Según este autor la relación entre el alma y el cuerpo y los vínculos existentes entre todas las cosas eran establecidas por el creador, que las tomaba como ocasiones para realizar su divina voluntad y determinar la eternidad, inmutabilidad y validez universal de las mismas. Nada existe u ocurre en la naturaleza si Dios no lo ha dispuesto de ese modo. Malebranche puso un ejemplo para intentar explicar las ideas típicas del ocasionalismo. Decía “no es el hecho de poner la mano sobre el fuego lo que produce la sensación de calor, sino que está proximidad es la ocasión para que Dios actúe produciendo dolor”.

- LA COMUNICACION DE LAS SUSTANCIAS

Respecto al problema de la comunicación de las sustancias, suscitado por el concepto de sustancia cartesiana, el pensamiento de Malebranche llega hasta sus últimas consecuencias, según él no existe una unión metafísica entre alma y cuerpo. Todas las actividades del alma que parecen causar efectos sobre el cuerpo, en realidad son causas ocasionales, que sólo actúan por la eficacia de la voluntad de Dios. “No hay una relación necesaria entre las dos substancias de que estamos compuestos. Las modalidades del cuerpo no tienen eficacia suficiente para modificar las modalidades del espíritu. Empero, las modalidades de determinada parte del cerebro, que yo no determinaré, se ven siempre seguidas por modalidades o sentimientos del alma; y esto ocurre únicamente como consecuencia de las leyes siempre eficaces de la unión entre estas dos substancias, esto es, para decirlo con más claridad, como consecuencia de las voluntades constantes y siempre eficaces del autor de nuestro ser. No existe ninguna relación de causalidad entre un cuerpo y un espíritu...”

Por tanto, la doctrina del ocasionalismo encontró también la solución al problema de la comunicación de las sustancias que implicaban las ideas de Descartes. La imposibilidad de una conexión causal en los seres creados se acentúa en el hombre, integrado por un principio corpóreo y otro espiritual; las relaciones causales entre uno y otro se hacen todavía más ininteligibles en virtud de la doctrina cartesiana de las dos sustancias. Sólo la casualidad divina puede dar cuenta y explicación de la correlación entre los fenómenos corpóreos y los anímicos.