lunes, 26 de mayo de 2025

SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 11: FFIA POLÍTICA- FFÍA DE LA CIENCIA

 

FILOSOFÍA POLÍTICA

Busca abordarlas principales nociones que desarrolla la filosofía política, como es el caso de la justicia, la libertad, la política, la democracia y el estado; lo cual permitirá descubrir y reflexionar, desde la ética, sobre la importancia que tiene para el hombre ser un ciudadano.

1 JUSTICIA

A través de la historia existen diferentes apreciaciones del concepto de justicia, todas ellas relacionadas con las acciones, las personas y las leyes que las rigen. Algunas de estas interpretaciones son:

-LOS SOFISTAS: la justicia consiste en no trasgredir las leyes de la ciudad, mucho menos cuando se hace en presencia de los dioses. La justicia es utilizada para mantenerse en el poder.

-PLATÓN: La entiende como el equilibrio entre las partes del alma del hombre; es una virtud social que consiste en que cada cual realice su propio papel

-ARISTÓTELES: Paras él justicia es la virtud perfecta y con un doble sentido: Individual, cuando cada hombre cumple con las leyes sociales establecidas, y social, cuando cada hombre trata a los demás como iguales o desiguales, según su posición en la sociedad(distributiva) o cuando se debe restaurar la igualdad afectada por un delito(restitutiva)

-SANTO TOMÁS DE AQUINO. Distingue tres tipos de justicia:

-La comunicativa: procura la igualdad de trato para todos los miembros de la sociedad

-La legal: que implica el sometimiento a la legislación

La distributiva: procura el correcto reparto de los bienes

-RENACIMIENTO. Es considerada como la igualdad ante la ley, mostrando que no puede haber diferencia entre los hombres

1.1 EL CONCEPTO DE JUSTICIA HOY

En la actualidad se parte del trabajo de John Rawls, quien realizó grandes aportes en los campos de la ética, la filosofía, la política y el derecho. Para él la justicia se resume en estos dos planteamientos:

-Los derechos y libertades básicas. La libertad del individuo se debe extender hasta un limite marcado por el disfrute de libertades similares por los demás individuos

-Las desigualdades económicas y sociales. Deberían modificarse para proveer mayores beneficios a los menos favorecidos: “principio de diferencia”

1.2 LA JUSTICIA ¿ES UN BIEN EN SÍ MISMO?

La realización y construcción de la justicia es un proceso que se desarrolla en un contexto social y que depende directamente de los seres sociales. En este sentido la justicia debe entenderse desde dos niveles:

a-El personal o interpersonal: una virtud, una disposición firme y permanente, una opción, una relación, una proporción, una defensa de los derechos humanos y una regulación de las relaciones humanas

b- El estructural y comunitario: Reconocer las leyes, facilitar, defender la verdad, rechazar las desigualdades, ser imparcial y recíproco

En conclusión, “la justicia ha de entenderse como un bien que se va construyendo, como un ideal de comportamiento, como un valor, como una meta que hay que alcanzar”

2. LA LIBERTAD

Etimológicamente la palabra libertad proviene del latín liber, y este del griego eleutherós que significa no esclavo; es decir, el hombre que asume una condición en la cual no esta sometido a nadie.

En la antigüedad, la libertad consistía en el ejercicio compartido y directo de la soberanía. La libertad colectiva era compatible con la sumisión del individuo al conjunto. Entre los griegos y los romanos no había noción alguna de los derechos individuales. “el ciudadano estaba sometido a todas las cosas, sin ninguna reserva, a la ciudad, pertenecía a ella por entero” (pág. 72)

En la modernidad el hombre libre es aquel a quien la sociedad le ha otorgado y le reconoce sus derechos. Quiera o no quiera el hombre es libre porque este forzado en cada instante a decidir lo que va a ser.

En términos generales se pueden identificar dos tipos de libertades: natural y personal

2.1 Libertad natural: El hombre, por el solo hecho de ser humano, por su misma naturaleza, todos somos iguales en dignidad y derechos, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos

La independencia de los seres humanos para valerse por sí mismos, en todo lo que tiene que ver con su preservación y bienestar, se funda en el poder para extraer de su propia razón las normas para condecir su vida libremente y hacerse cargo del cuidado de sus semejantes. A las normas que el hombre extrae de su propia razón, Locke las llama indistintamente leyes de la naturaleza o de la razón.

2.2 Libertad personal: Como lo afirma Mounier; la libertad se instaura en un ser humano concreto que se concibe como persona, como un ser único, singular, irrepetible, dueño y señor de sus propias decisiones, pero que no es posible tomar sin el concurso de los demás. La libertad no esta inscrita en el hombre como una condena. Le es propuesta como un don. El ser humano la acepta o la rechaza

3. LA DEMOCRACIA

Se entiende la democracia como un sistema de gobierno en el cual el pueblo ejerce la soberanía que esta representada en quienes han sido elegidos libremente como sus representantes

Lo anterior lleva a reconocer que existen otras formas de gobierno que es importante conocer, para saber elegir el más favorable

4. EL ESTADO.

Es la institución encargada de velar por el cumplimiento de los deberes y los derechos de los ciudadanos. Para la sociedad es necesaria la existencia de instituciones que regulen los fines e intereses de sus miembros diferenciando los diversos y distintos modos de participar en el poder.

En la actualidad se pueden identificar dos tipos de estado: unitario y federal

4.1 Estado unitario. Es aquel donde la autoridad se encuentra en un solo centro de decisiones y rige para todo un país. Puede ser centralizado cuando no existen otras instituciones que poseen una estructura parecida, como en Colombia, y descentralizados, cuando se reconoce la competencia a determinadas organizaciones territoriales.

4.2 Estado federal: Cuando se hace un pacto entre estados de un mismo país, cada uno de los cuales goza de autonomía.

BIOGRAFÍA:

Serrano, Guillermo. FILOSOFÍA II, Bogotá, Editorial Santillana

 FILOSOFÍA DE LA CIENCIA.

El progreso de la ciencia en el siglo XX, no tenía precedente alguno, sobre todo  el de la física, que revolucionó la concepción del mundo y del universo, y el de la biología, que abrió nuevas puertas a la concepción de la vida y de los seres vivos. Una seria de filósofos contemporáneos reflexionó sobre cuestiones epistemológicas, esto es, sobre el análisis de los aspectos relacionados con el conocimiento científico, para tratar de dar respuesta a cuestiones relativas a la naturaleza misma de la ciencia o determinar los límites del conocimiento. La ciencia hoy en día se ha convertido prácticamente en referencia de la vida y en disciplina casi incuestionable; la aportación de los filósofos de la ciencia resulta importante para determinar ¿Cuál es su lugar en el mundo actual? Entre estos pensadores están: Alexander koyre, Paul Feyerabend, Gastón Bachelard, Thomas Kuhn, entre otros. Pero el pensador que más sobresale es  Karl Popper.

 

1 K. R. POPPER (1902–1994)

Nació en la Viena del imperio austrohúngaro, en el seno de una familia culta y liberal. Estudió física y quedo fascinado por la teoría de Einstein, que empezaba a ser contrastada y que liquidaba la física newtoniana. A continuación estudió música, matemática y psicología y obtuvo su licenciatura en filosofía en 1928. En 1930 empezó a trabajar como profesor de secundaria, época en que se relacionó con el Círculo de Viena, aunque nunca fue miembro del mismo. En 1934 publicó una de sus obras principales, La lógica de la investigación, en la que defendía la falsación y no la verificación (como sostenían los neopositivistas o positivistas lógicos)  como la  que corroboraba la hipótesis científica. Obligado a exiliarse debido a la amenaza nazi de invasión de su país, se refugió en Nueva Zelanda donde ejerció como profesor universitario. En 1945 publicó La sociedad abierta y sus enemigos, su obra sociopolítica más importante. En 1946 se trasladó a Londres en calidad de docente de la London School of Económico. En 1969 abandonó la docencia. Murió en Londres en 1994, se destacó hasta su muerte por ser un prolífico e incansable pensador.

El pensamiento científico de Popper partió de los postulados de los positivistas lógicos del círculo de Viena. El neopositivismo se caracterizó por el cientifismo, es decir, por la convicción de que la ciencia no sólo proporcionaba el más fiable de los conocimientos sino que constituía el saber en sí mismo. El criterio que determinaba que un postulado fuera o no científico era el de la verificación. Si era posible de demostrar aquello que la hipótesis proponía, ya fuera mediante la lógica, en el caso de las proposiciones analíticas; ya por medio del experimento empírico, en las proposiciones sintéticas, el enunciado científico quedaba probado. La experiencia y la contrastación con la misma son la garantía de verdad de los enunciados científicos. Popper se opuso a esta visión, y sostenía que el verificacionismo no diferenciaba la ciencia de otras disciplinas. No era posible verificar los enunciados científicos universales, puesto que no podían comprobarse uno por uno todos los casos posibles, y en cuanto a las oraciones singulares estas siempre contenían conceptos universales, por lo que se regresaba al punto anterior. Razón Por la cual propuso el falsacionismo como criterio de verificación: los enunciados científicos podrían ser falsados, es decir, rechazados mediante la experiencia. Para que una proposición fuera científica había de poder ponerse en falso por los datos experimentales, esto constituida la garantía de su carácter científico. No quería decir esto que la ciencia se compusiera de hipótesis falsas, sino que éstas podían llegar a serlo

Popper también fue conocido por sus aportaciones al ámbito sociopolítico que quedaron reflejados en su obra La sociedad abierta y sus enemigos, escrita como crítica contra Hitler y que atacaba así mismo a Platón y a Hegel. El conocimiento científico que buscaba la verdad y la política, que perseguía la justicia, compartían el proceso de resolución de los problemas, que consistía  en el ensayo –error. Ningún sistema político podía garantizar un estado perfecto, pero en aquellos que existían la libertad, la crítica y la oposición, la injusticia era menos probable. Denominó a estos sistemas sociedades abiertas, y las contrapuso a las sociedades cerradas que veían en la libertad una amenaza en vez de un valor. Además de las obras mencionadas, sobresalen La miseria del historicismo (1957), Conjetura y refutaciones, El desarrollo del conocimiento científico (1963) y El universo abierto (1984).

 

Popper tuvo gran influencia en la teoría de la ciencia del siglo XX y sus reflexiones formaron la base de las propuestas(aunque fuera para cuestionar sus postulados) de otros pensadores, tales como: Thomas Samuel Kuhn (1922–1996), contrario a las proposiciones positivistas y popperianas y que cuestionó la posibilidad de interpretar la ciencia del pasado con el punto de vista de la ciencia actual y Paul K. Feyerabend (1924–1994), quien propuso el anarquismo epistemológico o dadaísta como camino para el avance del conocimiento científico.

 

 

lunes, 19 de mayo de 2025

SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 14: LA HERMENÉUTICA- POSMODERNIDAD.

 GRADO 11- EXPOSICIÓN 14- PERÍODO 2- 2025

LA HERMENÉUTICA

Primariamente, significa expresión de un pensamiento; de ahí explicación y sobre todo interpretación del mismo. Luego el vocablo hermenéutico designa el arte o la ciencia de la interpretación de las sagradas escrituras. Este arte puede ser: uno, interpretación literal o averiguaciones del sentido de las expresiones empleadas, por medio de un análisis de las significaciones lingüísticas o, dos, interpretación doctrinal, en la cual lo importante no es la expresión verbal, sino el pensamiento. A comienzos y mediados del siglo XIX el término hermenéutica se usó en dos sentidos: uno metodológico, para designar un cierto aspecto del método filológico-histórico y otro crítico.

Como disciplina filosófica, la hermenéutica fue elaborada por un discípulo de Baumgarten, Georg Friedrich Maier. Pero el más influyente fue Schleiermacher, quien elaboró una hermenéutica aplicada a los estudios teológicos. La hermenéutica de este no es sólo una interpretación filológica, pues la interpretación no es algo externo a lo interpretado. Después de Schleiermacher se han destacado los trabajos hermenéuticos de Dilthey, sobre personalidades, obras literarias o épocas históricas. Según Dilthey, la hermenéutica no es solamente una mera técnica auxiliar para el estudio de la historia de la literatura o de las ciencias del espíritu, la concibe como una interpretación basada en un previo conocimiento de los datos(históricos, filológicos, entre otros.) de la realidad que se trata de comprender, pero que a la vez da sentido a los citados datos por medio de un proceso inevitablemente circular, muy típico de la comprensión, en tanto que método particular de las ciencias del espíritu. Como tal, la hermenéutica permite pasar de los signos a las vivencias originarias que les dieron nacimiento. Según Dilthey, es un método general de interpretación del espíritu en todas sus formas

En el caso de Heidegger, Gadamer y Ricoeur la hermenéutica tiene una orientación más ontológica que epistemológica y metodológica. En diversos lugares Heidegger declaró que la hermenéutica no es una dirección dentro de la fenomenología, ni tampoco algo sobre puesto a ella: es un modo de pensar originariamente la esencia de la fenomenología y, en general, un modo de pensar originariamente todo lo dicho en un decir. Para Gadamer la hermenéutica es un simple método de las ciencias del espíritu, pero se convierte en un modo de comprensión de estas ciencias y de la historia gracias a la posibilidad que ofrece de interpretaciones dentro de las tradiciones. El nuevo sentido que dio Gadamer a la hermenéutica es paralelo al sentido que da a la comprensión, la cual se manifiesta como un acontecer, y específicamente como un acontecer de la tradición o transmisión. La hermenéutica considera, por tanto, una relación y no un determinado objeto, como lo es un texto De aquí, que la hermenéutica es para Gadamer la condición para el planteamiento de cuestiones y preguntas, las cuales son contestadas con otras preguntas en el curso del diálogo hermenéutico. La hermenéutica de Ricoeur presupone la fenomenología, reinterpretada en sentido no idealista, pero a la vez la fenomenología presupone la hermenéutica. La investigación hermenéutica de Ricoeur, le condujeron a un examen y valoración de la riqueza del lenguaje y, en general, de los símbolos en sus aspectos formal y dinámico. Según él, la comprensión tiene lugar por la mediación de una interpretación, en la cual la fenomenología hermenéutica sustituye el mundo natural del cuerpo y de la cosa, por el mundo cultural del símbolo y del sujeto, esto es: por el mundo del lenguaje. Aunque muy diversas entre sí, las concepciones de Heidegger, Gadamer y Ricoeur tienen en común el poner de relieve la dimensión ontológica

De todas formas, el término hermenéutica se ha empleado con tal frecuencia en el último decenio, que resulta difícil determinar a quiénes cabe calificar de filósofos hermenéuticos; sin embargo, autores como los mencionados, son considerados bajo este concepto.

POSMODERNIDAD.

El pensamiento en la segunda mitad del siglo pasado asistió al debate generado entre modernidad y posmodernidad. La época moderna, en lo que a filosofía se refiere, se inició en el Renacimiento y culminó con el pensamiento ilustrado. Se trató de una corriente que defendía los ideales de igualdad, fraternidad; que confiaba y creía en la democracia, en el individuo y en el progreso de la humanidad gracias a la razón y a la ciencia. Nietzsche abrió una brecha en esta visión optimista de las sociedades y las culturas occidentales y posibilitó el nacimiento de una corriente de pensamiento que recibe el nombre de posmodernidad.

De una forma general, los posmodernos afirman que los progresos alcanzados por la cultura moderna han traído efectos secundarios negativos que han perjudicado tanto al ser humano como a su entorno. Frente a la visión moderna, optimista y confiada, sostienen una perspectiva negativa de la historia de la humanidad y del progreso. Consideran, por una parte, que no se ha avanzado hacia un estado de igualdad y justicia universal, pues la historia ha sido construida por los grupos dominantes quienes han dejado de lado a la gran mayoría. Por otra parte, el progreso, identificado en la sociedad con avances técnicos y científicos estrechamente vinculados a intereses económicos, lleva asociados efectos colaterales tales como el deterioro del medio ambiente o la dependencia, de gran número de países y sectores sociales, de las corporaciones multinacionales. En la cultura occidental prima los beneficios económicos frente a los valores éticos, políticos y medioambientales. Ésta forma de entender la sociedad y la cultura, se extiende por todo el mundo a través de lo que se conoce con el nombre de globalización. Sin embargo, hay algunos pensadores posmodernistas que consideran que este dominio de la cultura occidental no es tal en realidad, y que la gran diversidad cultural existente en el planeta, está cada vez más presente en los diversos puntos del mundo, gracias a la emigración y a los medios de comunicación

La posmodernidad, más que una corriente filosófica, es una actitud o postura frente a la vida y el mundo. Por eso diversos filósofos que investigan en diferentes áreas, como la filosofía de la ciencia o la filosofía analítica o del lenguaje, pueden ser considerados bajo el término de posmodernos. Entre los más representativos, se pueden citar a Jean François Lyotard (1924-1998), Gianni Vattimo (1936) y Jaques Derrida (1930), un estudioso de la filosofía del lenguaje, quien afirma la inexistencia de la justicia en el mundo actual. Así mismo es el creador de la escuela de la deconstrucción, teoría que cuestiona el significado único de un texto determinado.

En síntesis, la filosofía posmoderna considera que no es posible hablar de una razón universal, sino de razones parciales. Creen que el progreso auspiciado por los ideales ilustrados y racionalistas ha traído consigo considerables efectos negativos, como la desigualad social o el deterioro del medio ambiente. Así mismo no piensan que exista un criterio universal para valorar las diferentes culturas existentes.

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BIBLIOGRAFIA

 

ALBARRÁN VÁSQUEZ, Mario. Introducción a la filosofía. Mcgrawhill. Printer 

SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 13:EL CÍRCULO DE VIENA- ESCUELA DE FRANCFORT

 

GRADO 11- EXPOSICIÓN 13- SEGUNDO PERÍODO- 2025

EL CÍRCULO DE VIENA

Tras la Primera Guerra Mundial, surgió una corriente de pensamiento que tuvo su centro en Viena. Dicho movimiento se apartó de la filosofía metafísica y rechazó la separación entre ciencia y filosofía. Este movimiento es conocido como positivismo lógico, neopositivismo o empirismo lógico. Son diversos los filósofos y científicos que se unieron al movimiento, entre los cuales pueden señalarse: M. Schlick (1882–1936), fundador; el físico R. Carnap (1891–1970); el sociólogo O. Neurath (1882– 1945), el matemático K. Gödel y el pensador británico A. J. Ayer (1910–1989). Tras la anexión de Austria por parte de Hitler, los integrantes del círculo huyeron a Estados Unidos, donde prosiguieron con su labor

Estos pensadores se conectaron con el empirismo y tuvieron sus raíces en el positivismo de Comte. Rechazaron la metafísica y consideraron que la filosofía debía conseguir la visión del mundo propia de la ciencia, a la que otorgaron prioridad absoluta. Afirmaron que el conocimiento procedía únicamente de la experiencia, y que los conceptos teóricos, como mostraba el análisis lógico, provenían únicamente de aquella. Todo conocimiento de hechos debía estar relacionado con experiencias verificables; la ciencia, por tanto, debía de estar libre de concepciones filosóficas del mundo, y utilizar un lenguaje que fuera posible expresar en términos matemáticos y lógicos. Las proposiciones de la metafísica y la ciencia del espíritu eran falsas y rechazables, pues no podían comprobarse mediante el análisis lógico de los datos procedentes de la experiencia y estaban basadas en juicios de valor que no constituían más que expresiones emotivas, y por ello ni verdaderas ni falsas. Teniendo en cuenta todo esto, los pensadores del círculo afirmaron que había que callar frente a todo aquello que no fuera reducible al lenguaje analítico y sin admitir si quiera que haya algo acerca de lo cual no hablamos.

ESCUELA DE FRANCFORT

Instituto para la investigación social, en Fráncfort (Alemania) a principios de 1920, gracias a un legado de Félix Klein. Su primer director fue Friedrich Pollock; pero fue bajo la dirección de Max Horkheimer en 1931, que ésta adquirió más importancia y empezó a elaborar el programa de Teorías críticas de la sociedad. La revista del instituto era el Archivo para la historia del socialismo y del movimiento obrero, pero con Horkheimer se empieza a publicar La revista para la investigación social, que se propone recuperar y desarrollar los temas propios del archivo.

Un rasgo típico de la escuela es instaurar los nexos entre hegelianismo, marxismo y la teoría freudiana, al partir de una visión global y crítica de la sociedad contemporánea, pues la sociedad, para la investigación social, es considerada como un todo, donde una de sus preocupaciones principales, es sacar a la luz la contradicción de la sociedad capitalista. Otros temas permanentes de la escuela son: por una parte,  el fascismo, el nazismo, el estalinismo, la guerra fría, la sociedad opulenta y la revolución pendiente y la crítica a lo que denominan razón instrumental. Por otra parte, la relación entre Hegel y el marxismo, entre éste y las corrientes filosóficas contemporáneas; así como también el arte de vanguardia, la tecnología, la industria cultural, el psicoanálisis y el problema del individuo en la sociedad de hoy.

Inicialmente participan Friedrich Pollock (economista), Henryk Grossmann (economista), Karl-August Wittfoguel (sociólogo), Franz Borkenau (historiador) y Max Horkheimer (filósofo). Luego se unieron Theodor W. Adorno (filósofo, musicólogo y sociólogo), Hebert Marcase (filósofo), Erich Fromm (sociólogo y psicoanalistas), Walter Benjamín (filósofo y crítico literario) y Franz Neuman (politólogo). Todos estaban reunidos con el propósito de una reflexión crítica sobre la sociedad pre-industrial y el concepto de razón que la hizo posible. Según ellos hay una estrecha relación entre teoría y práctica, entre conocimiento y acción.

Cuando Hitler tomó el poder, les tocó exiliarse en Ginebra, Paris y New York. En 1950 renació el Instituto para la Investigación Social y aparecen sociólogos y filósofos como Alfred Schmidt, Oskar Negt y, el más conocido de todos, Jurgen Habermas.

1 M. HORKHEIMER (1895-1973)

Nació en Stuttgart, Alemania. Estudió en Munich, Friburgo y Fráncfort, se doctoró  en 1922 bajo la dirección de Hans Cornelius, quien influyó en varios frankfurtianos.

Es considerado como uno de los principales miembros y promotores de la llamada Escuela de Fráncfort o Escuela de Fráncfort del Instituto de Investigación Social. Se le deben trabajos en sociología y sociológico-filosóficos sobre temas como: la autoridad, el autoritarismo, la familia, los orígenes de la sociedad burguesa, la cultura de masas, el papel de la ciencia y de la técnica, la libertad, el fascismo, el psicoanálisis, entre otros; los cuales atienden a los fenómenos concretos, pero que se hallan alejados del positivismo sociológico, especialmente el que insiste en métodos cuantitativos, así como de la sociología académica alemana de su tiempo. Horkheimer, estimó que la interpretación de ciertos fenómenos históricos cruciales (como la Ilustración, el Romanticismo, las tendencias pesimistas, entre otras.) podría proporcionar una clave para la comprensión de las estructuras de la sociedad actual y poder realizar un ensayo de un proyecto de perspectivas futuras. La interpretación o reinterpretación del marxismo fue en este aspecto fundamental, por lo cual con frecuencia se ve en Horkheimer un marxista, pero cuando se tiene en cuenta su crítica del materialismo dialéctico, con severas dudas acerca del materialismo histórico, se le estima como un autor muy alejado de toda tradición marxista.

2 J. HABERMAS (1929-    )

Nació en Dusseldorf. De 1955 a 1959 fue ayudante y colaborador de Adorno. De 1961 al 1964 enseñó filosofía en la Universidad de Heidelberg, donde trabajaba H. G. Gadamer. En 1964 fue nombrado profesor titular de sociología y filosofía de la Universidad de Fráncfort. De 1971 a 1980 fue director en el Max-Planck_Institut de Starnberg para la investigación de las condiciones de vida del mundo técnico científico. De 1980 a 1981 fue director del mismo instituto para las ciencias sociales. En 1983 regresó a Frankfurt como profesor de filosofía.

Aunque el pensamiento de Habermas sigue una línea compleja, hay algo que parece constante: su intención de poner en marcha una crítica social que tenga como base una teoría de la sociedad, la cual la teoría y la práctica caigan bajo una forma de racionalidad capaz de aportar a la vez explicación y justificación. La más conocida contribución filosófica de Habermas, o por lo menos, la más tratada, es la que se centra en torno a la noción de interés. Habermas plantea que el carácter interesado del conocimiento no tiene por qué hacer de éste  la expresión de una acción últimamente inexplicable e irracional. Habermas insiste en que las decisiones prácticas no son impulsos irracionales como creen los positivistas, con su tendencia a tecnificar la ciencia y a separar la teoría de la práctica. Pero esto no lleva a Habermas a un rechazo de las ciencias positivas; lo que se trata de hacer es señalar su lugar dentro de varios niveles posibles de racionalización. Los esfuerzos de Habermas se encaminan hacia una nueva teoría de la razón que incluya la práctica, es decir, una teoría que sea justificativa y explicativa.

El problema que se plantea Habermas es el de eludir a la vez el naturalismo, de la mayor parte de positivistas y cientifistas y de no pocos marxistas, y el trascendentalismo, que se manifiesta en las corrientes idealistas y en parte de las corrientes hermenéuticas. La idea de una autorreflexión de la especie humana, bajo la forma de una historia natural de la especie humana está destinada a evitar toda dicotomía entre lo empírico y lo trascendental

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SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 10: LA FILOSOFÍA ANALÍTICA O FILOSOFÍA DEL LENGUAJE

 

GRADO 11- EXPOSICIÓN  10- PERIODO 2- 2025

LA FILOSOFÍA ANALÍTICA O FILOSOFÍA DEL LENGUAJE

Dicho movimiento tiene su origen en los años veinte en Austria e Inglaterra. Se caracterizó por su escepticismo frente al conocimiento de las leyes objetivas de la naturaleza y la esencia de los fenómenos. Marca una diferencia entre el positivismo del siglo XX o neopositivismo, que se apoya en la lógica matemática y simbólica, y el positivismo clásico, que pone su énfasis en el análisis histórico. Los grandes avances científicos del siglo XX repercutieron de diversas formas en los filósofos del momento. Algunos reaccionaron con tendencias claramente irracionalistas, mientras que los que defendían la tradición racional tomaban distintos senderos. El más destacado fue aquél que se entroncaba con la tradición empirista o positivista. En este siglo se produjo un gran interés por el lenguaje y su poder. No se trataba de algo nuevo, pero sólo entonces se producía el análisis más riguroso de las posibilidades lingüísticas. Las reflexiones relacionadas con la búsqueda de un lenguaje estricto que expresara claramente todo el saber humano, se circunscribían en la aproximación lógica del mismo.  Entre sus representantes están:

1 B. RUSSELL (1872-1970)

Nació en Ravenscroft. Ingresó en el Trinity College donde estudió matemática y filosofía. En 1901 descubrió la paradoja que lleva su nombre y conmovió los fundamentos de la matemática. En 1913, a través de innumerables estudios matemáticos, llegó a publicar, junto con A. N. Whitehead; los principia mathemática, un trabajo que por vez primera formalizó y axiomatizó toda la matemática en un único sistema mediante el uso de conceptos lógicos. Estuvo muy influenciado por el pensamiento de G. E. Moore, quien se interesó por las cuestiones del lenguaje e ideó un método analítico destinado a la investigación del significado y validez de los conceptos empleados por los filósofos, con independencia de las conclusiones extraídas por estos. Russell siguió éste mismo camino y denominó a su filosofía atomismo lógico, en la cual demostró, entre otros temas, que la matemática era en realidad una rama de la lógica. Se entiende por lógica la ciencia que estudia la estructura del conocimiento intelectual, esto es, independientemente de su contenido, se ocupa únicamente de su forma. El punto de partida del estudio lógico es el análisis del lenguaje en el cual se están contenidos los conocimientos. En su Introducción a la filosofía matemática (1919), Russell describió las dos grandes y contradictorias direcciones del pensamiento matemático: Una, era la constructiva, que iba hacía una complejidad gradualmente creciente; la otra dirección era la abstracción y simplicidad lógica cada vez mayores. Tanto la complejidad como la simplicidad caracterizaban, para Russell, la filosofía matemática.

El atomismo lógico tenía como características: en primer lugar, concebir el mundo como un conjunto de hechos atómicos sin relación, constituyendo un pluralismo extremo y, en segundo lugar, plantear que el saber estaba constituido por una serie de proposiciones atómicas cuyo nexo consistía en una serie de operaciones lógicas. El lenguaje propuesto por el atomismo lógico era perfecto, es decir, mostraba enseguida la estructura lógica de lo que se afirmaba o negaba. En el atomismo lógico el mundo aparecía como una multiplicidad infinita de elementos separados. Estos elementos eran los átomos, que no eran físicos, sino lógicos. Mediante la lógica del atomismo era posible describir el mundo como compuesto de hechos atómicos. Según Russell, lo común a todo hecho atómico era que ya no podía ser analizable. Además, afirmó que todos estos hechos no resultaban iguales. De esto último, se deducía que los hechos atómicos no eran necesariamente cosas particulares existentes, pues éstas no convertían un enunciado en verdadero o falso. Entre su amplia obra se destacan, fuera de la ya citada, Los problemas de la filosofía (1912), Principia Mathematica (1910-1913), Nuestro conocimiento del mundo externo (1914), Análisis de la mente (1921), Análisis de la materia (1927), El conocimiento humano; su alcance y sus límites (1948) y su Autobiografía (1967-1969).

2 L. WITTGENSTEIN (1889-1951)

Nació en Viena en el seno de una familia judía adinerada. Estudió en Linz en una escuela que sobresalía por la formación matemática y física. En 1912 ingresó a la Universidad de Cambridge como discípulo de Russell. Al estallar la Primera Guerra Mundial se alistó en el ejército austriaco, período en el que escribió el Tratatus lógico- philosophicus, cuya redacción acabó en 1918 y fue publicada en 1921. Después de regresar a Viena se convirtió en maestro de escuela hasta 1928 que regresó a Cambridge como docente. En esa época escribió los Cuadernos azul y marrón. En 1939 accedió a la cátedra de filosofía, puesto que ocupó hasta 1949, año en que la abandonó y se retiró a Irlanda. En su retiro escribió sus Investigaciones filosóficas, que no fueron publicadas hasta 1953, en ellas reelaboró las teorías plasmadas en el Tratatus, por lo que se habla de dos Wittgenstein.

Wittgenstein tuvo una gran influencia en la filosofía analítica del siglo XX. Su pensamiento pasó por dos etapas: en un primer momento (en el Tratatus) afirmó que las proposiciones representaban la realidad y que la labor de la filosofía era la de ayudar a aclarar las proposiciones del lenguaje mediante la aplicación del análisis lógico de Russell. Más tarde (en las Investigaciones), el filósofo afirmó que la representación de la realidad era sólo uno de los usos posibles de las palabras; el significado de las proposiciones dependía de la utilización que de ellas se hiciera. Era preciso en cada caso conocer las reglas del juego.

El Wittgenstein del Tratatus, partió de afirmar que todo lo que podía ser pensado podía ser dicho: los postulados metafísicos, decía, serían intentos de decir lo que no puede ser dicho, de expresar lo inexpresable. La filosofía trataba cuestiones extremadamente importantes, pero el error radicaba en haber querido hablar de ellas tal y como lo hacía la ciencia. Y ¿de qué era posible hablar?, del mundo, contestó Wittgenstein. El mundo era la totalidad de los hechos atómicos, entendiendo por hechos atómicos los acontecimientos aislados. Los átomos constituían los elementos más primarios que formaban el mundo y eran lógicos. A cada hecho le correspondía una proposición atómica en el lenguaje, o sea, los sucesos eran expresables mediante enunciados, que podían ser atómicos, cuando se ajustaban a un hecho, o moleculares, cuando estaban compuestas por varias proposiciones moleculares. Las proposiciones serían verdaderas o falsas en virtud de si se correspondían o no con determinados hechos atómicos. Para el primer Wittgenstein decir algo equivalía a describir unos hechos.

El segundo Wittgenstein, el de las Investigaciones filosóficas, planteó, más que una posición antagónica respecto al primero, una ampliación y corrección  de lo señalado anteriormente. En las investigaciones aceptó que el lenguaje tenía muchos usos y no sólo el de describir. Por tanto, una palabra poseía más de un uso o función de comunicación. El lenguaje detentaba un amplio abanico de usos, y cada uno de ellos constituía el juego del lenguaje, enraizado en una forma de vida. Así el significado de una palabra dependía del papel que desempeñaba en el juego del lenguaje, juego que estaba regido por una serie de normas. De esta manera comprender el lenguaje significaba dominar una serie de técnicas que podían ser aprendidas por todos. Wittgenstein ya no se preocupó de la esencia del lenguaje, que ahora le parecía una ilusión, sino por las relaciones y las normas que dominaban el juego del lenguaje; y estos juegos correspondían en realidad a formas sociales, usos, costumbres diferentes. Respecto a las proposiciones filosóficas, el error cometido hasta el momento, según el filósofo, había sido el de centrarse en la forma de las palabras y no en el uso que se hacía de las mismas, así distinguió entre una gramática superficial (la de la función sintáctica) y una gramática profunda (la de propósito pragmático). El sentido se hallaba en la segunda, que decía el rol que jugaba una determinada proposición en función del juego del lenguaje empleado (empírico, conceptual, entre otros). La función de la filosofía era la de ayudar a entender los distintos usos del lenguaje, analizar el contexto en que se utilizaban las palabras, pues existían muchos juegos del lenguaje válidos.

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BIBLIOGRAFIA

ALBARRÁN VÁSQUEZ, Mario. Introducción a la filosofía. Mcgrawhill. Printer colombiana S.A., 1999

MURILLO LARGO, José Jesús y ARIAS GUEVARA, Luís Horacio. Filosofía 10. Ediciones HIGEMA LTDA,

ESCOBAR VALENZUELA, Gustavo. Introducción a la filosofía 1. McGRAW- HILL INTERAMERICANA DE MEXICO, S.A. 1994

ARISTÓTELES. Obras Completas. Metafísica. Aguilar, 1977

LEAR, Jonathan. Aristóteles

GÓMEZ-PIN, Víctor. El Orden Aristotélico.

PLATÓN. Obras completas. Segunda Edición, Aguilar, Madrid, 1997

JAGER, Werner. Paideia. Los ideales del pensamiento griego

 

 

 

SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 9-2025

 

GRADO 11- EXPOSICIÓN 9- PERÍODO 2- 2025

EXISTENCIALISMO.

Como movimiento filosófico, el existencialismo se desarrolló en Europa, primero en Alemania y luego en Francia, a consecuencia de la tremenda crisis provocada por las dos guerras mundiales. El mundo dejó de ser un lugar apacible y el proyecto ilustrado de una humanidad que conquistaría la justicia y el bienestar social con la sola fuerza de la razón, fracasó por completo. Ni siquiera la ciencia o la técnica se mostraban útiles para mejorar el mundo. El hombre convertía en instrumento de dominio o devastación todos los saberes. Este movimiento fue poco sistemático y muy heterogéneo, los existencialistas respiran una atmósfera común de pesadumbre y desasosiego. Se sienten arrojados a un mundo que ya no ofrece seguridades, sino catástrofes. Para los existencialistas el hombre es una realidad completa inacabada, con conciencia y libertad, cuyo destino es hacerse y realizarse en medio de múltiples contradicciones de su propia vivencia, lo que le engendra la incertidumbre y la angustia frente al absurdo, al fracaso, lo misterioso y lo inexplicable. Este pesimismo común no hace más fácil la tarea de determinar que autores pueden ser incluidos en este movimiento; sin embargo, se considera como los máximos representantes a:

1 S. KIERKEGAARD (1813-1855)

Nació en 1813 en Copenhague (Dinamarca). Estudió filosofía y teología en Dinamarca y Alemania. Filósofo protestante de la religión que influyó en el movimiento de renovación teológica y filosófica después de 1918.

El punto de partida y la meta de las preocupaciones kierkegaardianas es el yo como ser individual. Creía que de nada sirve a los hombres querer determinar primero lo exterior y luego el elemento constitutivo. Se debe, en primer lugar, aprender a conocerse a sí mismo antes de conocer otra cosa. El yo debe entenderse como relación consigo mismo, el yo es autorrelación. Esta concepción del yo como autorrelación en Kierkegaard, ha de convertirse, después de él, en patrimonio común de todos los existencialistas, pues esta autorrelación constituye la esencia del yo y es interna, concreta, recíproca y viviente. Un examen más profundo de los datos de la conciencia lleva a Kierkegaard a la afirmación de que Dios sostiene y fundamenta el yo. De esta manera la autorrelación del yo se completa en su relación a Dios.   

En la concepción kierkegaardiana, yo y pecado se identifican pues este filósofo dice, que sólo se puede estar delante de Dios con la conciencia del pecado. Así el hombre por el pecado deviene un yo existente, auto relacionándose y colocándose delante de Dios. Los dos temas que más sobresalen en su pensamiento son:

-La angustia. A este tema Kierkegaard dedica una de sus dos obras, en la cual se propuso abordar el concepto de la angustia psicológicamente, pero teniendo en mente y a la vista el dogma del pecado original. Para explicar el pecado de Adán tiene en cuenta dos ingredientes: la prohibición hecha por Dios de no comer del árbol de la ciencia, y la actuación del tentador, es decir, el demonio en forma de serpiente según el pasaje bíblico. Al respecto, la prohibición es puesta por Adán mismo. El yo es una relación consigo mismo. La conciencia de Adán, como la de todo hombre, es dual: una parte de la conciencia pronuncia y la otra recibe la prohibición. También debe ser suprimido el tentador, para lo cual Kierkegaard se apoya en un pasaje bíblico del Apóstol Santiago, en el que plantea que Dios no tienta a nadie ni es tentado por nadie, sino que cada uno es tentado por sí mismo. Es aquí entonces donde, al suprimir al tentador, aparece la angustia. La cual tiene el poder fascinador que otros atribuyen a la astuta serpiente; y en medio de la angustia surge el pecado. El yo se ha destacado sobre su naturalidad, se ha existencializado.

-El hombre. En el campo antropológico Kierkegaard planteó que el hombre no alcanza su realización progresiva, ya que en el yo se dan riesgos y saltos. Propone tres estadios que, según él, ocurren en la vida del hombre: Uno, el estadio estético: el cuál es el momento del placer escurridizo en la búsqueda desesperada del hedonismo, es el constante presente superficial que no posee ningún vínculo con lo trascendente. Dos, el estadio ético: es cuando se vive de acuerdo a los principios morales, ordenando la actividad y conducta con base en el deber. El deber es para el individuo práctico el imperativo general al cual se debe ser obediente. Tres, el estadio religioso: constituido por la paradoja de la fe, al mismo tiempo esta paradoja es un escándalo ético, ya que es detener la razón y la ética para apoyarse simplemente en la fe. El acercamiento a Dios lo posibilita la angustia, de la cual se sale por la fe en él.

Sus obras principales son: El Concepto de la Angustia (1844), Estudios en el camino de la vida (1845), Temor y temblor (1846), La era actual (1846) y La enfermedad mortal (1849).

2 M. HEIDEGGER (1889-1976).

Nació en Messkirch, Alemania. Estudió en la Universidad de Friburgo, donde se doctoró y de la cual fue luego profesor. También ejerció la docencia en la Universidad de Marburgo. En su recorrido pareció adherirse al nacionalsocialismo, pero más tarde se retiró y se dedicó solo a la enseñanza. Se sabe, además, que ingresó de novicio a la comunidad de los jesuitas y unos meses más tarde se retiró para ingresar al seminario de su ciudad, allí tampoco permaneció porque tuvo que ir a la guerra.

Heidegger se propone comprender el ser mediante una analítica existencial o análisis fenomenológico. Para ello mostró como el desarrollo del pensamiento, desde platón a Nietzsche, se fundamentó en un olvido fatal, un olvido que ocultó el ser a favor de los entes (los que eran). Por eso consideró al ser como algo fundamental de toda actividad filosófica. En este sentido se plantea delimitar con precisión los ámbitos del ser y el ente, pues consideraba que estos conceptos no eran la misma cosa. El ente, constituía lo que es, mientras que el ser consistía en el hecho de que cualquier ente dado sea. De lo cual se puede deducir que la determinación del ente no podía aplicarse al ser y que el ser era previó a los entes. La siguiente cita del autor permite aclarar este problema: “Para plantear de manera explícita, en toda su transparencia, el problema del ser, entonces [...] es necesario poner en claro las maneras de penetrar en el ser, de comprender y de poseer conceptualmente su sentido, como (...) la posibilidad de una correcta elección del ente ejemplar y la indicación de la auténtica vía de acceso a dicho ente.

Penetración, comprensión, dilucidación, elección y acceso son momentos constitutivos del buscar y, al mismo tiempo, modos de ser de un ente determinado, precisamente de aquel ente que ya somos, nosotros, los que buscamos.” Heidegger identificó al ser con la permanencia y la eternidad, en oposición al carácter efímero y cambiante del ente. Este problema lo desarrolló más ampliamente con los siguientes conceptos:

-El Sein. Éste es el ser, o sea, los entes que no tienen conciencia de sí, que no pueden interrogarse acerca de sí, o sea, los seres a la mano, como los llama.

-El Dasein. Es “el ser ahí”, es el hombre o la existencia humana, el que se pregunta por el ser, por su existencia. Heidegger lo explica mediante tres elementos: el ser que existe en el mundo es el Dasein, el ente concreto, el cual es el hombre. El Dasein se relaciona con el mundo de una forma especial porque comprende su existencia, el Sein no sabe que existe el mundo para él. El Dasein no existe ni aislado ni independientemente, sino que existe inmerso en el mundo con los demás seres.

Se remarca el existencialismo de Heidegger cuando afronta el problema del ser con los otros, a lo que señala como el segundo motivo existencial, a los otros se considera como un yo en objetos, como seres en la mano.

 Heidegger dice que el hombre es un ser para la muerte, que ha sido arrojado al mundo “para en él morar e ir muriendo”, ya que la muerte es lo único seguro que cabe esperar al hombre, afirma que la totalidad existencial, con la muerte, llega a su fin, lo que lleva a la angustia como condición estructural de la existencia.

Entre sus principales obras están: El ser y el tiempo (1927), Kant y el problema de la metafísica (1929), ¿Qué es la metafísica? (1930), Cartas sobre el humanismo (1947) y Nietzsche (1960).

3 J. P. SARTRE (1905-1980)

Nació en Paris.  Es el principal representante del existencialismo del siglo XX. Autor de muchas novelas y obras de teatro, pensador de la acción política. Fue profesor hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, luego estuvo en los campos de concentración alemanes y, al ser liberado, se volvió a dedicar a la docencia. En 1945 fundó una revista que llevaba por título “Los Tiempos Modernos”, y desde entonces se dedicó a la actividad literaria.

Sartre ofreció una versión francesa de la doctrina de Heidegger y definió el existencialismo como “un intento de extraer todas las consecuencias de una posición atea coherente”.

Fue el primero en dar al término existencialismo un uso masivo al utilizarlo para identificar su propia filosofía y ser el representante de un movimiento diferente en Francia, que fue influyente a escala internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Su filosofía es atea y pesimista de una forma explícita, declaró que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas, pero son incapaces de conseguirla y, por ello, la existencia de los hombres es “pasión inútil”. No obstante, insiste en que el existencialismo es una forma de humanismo y resalta la libertad, la elección y la responsabilidad humana. Con un gran refinamiento literario intentó reconciliar esos conceptos existencialistas con un análisis marxista de la sociedad y de la historia.

Sartre hace una distinción en el campo ontológico entre el en-sí y el para-sí, lo que permite hacer una diferenciación entre el hombre y el mundo.

El “en sí” viene a ser lo que es y carece de toda relación, es una masa indiferenciada, una entidad opacada y compacta. Es el mismo mundo.

El “para sí” es el hombre, la conciencia, la cual está en el mundo, en el ser en sí pero totalmente diferente a él. Él para sí es totalmente libre y está condenado a permanecer en la condición de libertad.

A Sartre le llaman la atención los conflictos y vicisitudes donde se pueden destacar los rasgos de la naturaleza humana; estos tipos de vida son los de la homosexualidad, la drogadicción, los condenados a la pena de muerte, entre otros. Ve al hombre como un proyecto que se vive subjetivamente y nada existe previo a dicho proyecto, afirma que no hay valores ni eternos ni fijos; no hay normas establecidas de una vez para siempre, sino que el hombre debe regirlas de acuerdo con sus convicciones personales. Para él, son absurdos y contradictorios los conceptos de Dios y de creación, al igual que el ser en sí y el ser para sí es radicalmente distinto y no tienen ninguna vinculación. Dios según él, no existe y por tanto las cosas del mundo son contingentes, y ningún valor es superior a otro; así las cosas, carecen de sentido y de fundamento y lo que el hombre hace por encontrarles sentido es algo vano, pues el hombre es “una pasión inútil”.

En cuanto al sentido de la libertad en Sartre, el hombre está condenado a ser libre: el hombre es absolutamente libre. Pero esta libertad no es un don, sino que el hombre se encuentra condenado porque para que la libertad sea plena libertad, no puede haber nada enfrentado normativamente al hombre, ni fe en Dios, ni verdades, ni valores. El hombre este solitario y sin acercamiento en un mundo hostil, sin otra salida que así mismo, su propio proyecto. 

Sartre creó una obra muy extensa y variada, en la cual se encuentran tratados de filosofía, novela y teatro. Entre sus principales obras filosóficas están: El ser y la nada (1943), El existencialismo es un humanismo (1946) y Crítica de la razón dialéctica (1960). Entre sus obras teatrales pueden destacarse Las moscas (1943) y A puerta cerrada (1944). De igual modo se pueden resaltar: su novela La nausea (1938), la serie narrativa Los caminos de la libertad (1945-1949) y su autobiografía titulada Las palabras (1964).

 

 

 

SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 8- PERSONALISMO

 

GRADO 11- EXPOSICIÓN 8- SEGUNDO PERÍODO- 2025

PERSONALISMO

Es una corriente filosófica que postuló el supremo valor de la persona por encima del individuo. Dicha distinción permitirá no confundir estas dos expresiones, que en la vida cotidiana se usan indistintamente. El individuo es un ser indivisible que no presenta características propias que lo definan y, por tanto, un ser anónimo como podría ser un número de cuenta; mientras la persona es un ser espiritual, con valores y cualidades propias e intransferibles. La individualidad es mecánica, material e intercambiable. Así, por ejemplo, si Javier muere, otro hombre vendrá a sustituirlo. En el caso de una persona, no es lo mismo. La pérdida de una persona, de un amor, de una amistad, es irreparables. La persona es así la totalidad del ser humano concreto y vivo: material, espiritual, apasionado, virtuoso, pecador, caracterizado por tendencias propias e insustituible. En síntesis, se puede decir que las principales características del ser persona, se resumen en no ser un mero objeto, sino que su libertad, su creatividad y su responsabilidad son fundamentales para definirlo. La persona es un ser encarnado, situado en un cuerpo, situado en la historia y constitutivamente comunitario. A continuación, se expondrá, sintéticamente, el pensamiento de sus principales representantes.

 J. MARITAIN (1882-1973)

Representante de la escolástica, retoma el pensamiento tomista y establece una metafísica cristiana para rebatir los errores del idealismo moderno. Según él, el hombre es una persona, no un individuo aislado; está vinculado a Dios, y orientándose hacia Él realiza la expansión de todas sus posibilidades. Sólo a través del personalismo cristiano se conseguirá la ampliación del campo del saber, integrando ciencia, filosofía y sabiduría. Las obras más influyentes son: Para una filosofía de la persona humana y Metafísica de Bergson.

2 E. MOUNIER (1905-1950)

Para comprender la filosofía de Mounier y, por ende, el personalismo, es necesario compararlo con otras dos grandes corrientes contemporáneas, el marxismo y el existencialismo, así como con el individualismo propio de la sociedad moderna, ante las cuales mostró sus distancias y posiciones. La defensa de la persona lo lleva a combatir, en primer lugar, el individualismo, el cual se le presenta como una tendencia que fomenta el egoísmo y el consumismo, la ambición y la despersonalización del hombre en aras del mero bienestar y el desmedido afán de riquezas. Según él, el individualismo es el peor enemigo del personalismo. Ante el individualismo recalcitrante, el personalismo reivindica a la persona como fuente de valores humanos, partiendo de una relación comunitaria en la que las demás personas no representan un límite o un obstáculo. Para Mounier, la persona no se halla encerrada en sí misma, sino que está vinculada a la conciencia, la cual es apertura a las demás conciencias, y por ello comunicación con ellas.  Según este pensador la persona es dominio, elección, formación y conquista del yo. La persona puede ser descrita según sus tres dimensiones: vocación, encarnación y comunión. De ahí que en su manifiesto personalista declare que, aunque no puede darse una definición rigurosa de la persona, es posible definirla como un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia e independencia de su ser; y mantiene esta subsistencia por su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos por un compromiso responsable y una conversión constante: unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla por añadidura a golpe de actos creadores la singularidad de su vocación. Entre sus obras más representativas están: tratado del carácter y ¿Qué es el personalismo? 

 

NOTA: AMPLIAR LA TEMÁTICA

SEGUNDO PERIODO- EXPOSICIÓN 7- HISTORICISMO Y VITALISMO.

 

GRADO 11- EXPOSICIÓN 7- SEGUNDO PERÍODO- 2025

HISTORICISMO Y VITALISMO.

Son dos corrientes filosóficas que surgieron enraizadas en los acontecimientos del siglo XIX y la filosofía de Nietzsche, como reacción al racionalismo hegeliano y al positivismo. En sentido amplio, historicismo hace referencia a aquella corriente que consideró que la historia tenía vida propia y que en consecuencia se desarrollaba siguiendo unas leyes internas y unos objetivos determinados. Sin embargo, en filosofía se trató más de un movimiento que desatendió totalmente la ciencia natural y estudió al ser humano y su historia cultural, al hombre en su marco histórico.

Se denomina vitalismo a la corriente filosófica que atiende a la llamada idea de la vida o filosofía de la vida, aunque algunos estiman que se trata, más adecuadamente, no de la filosofía en sí, sino de una manera de reflexión o reflexiones sobre la vida. El planteamiento esencial de esta corriente vitalista y, por ende, irracionalista, por contraposición con el empirismo y el neo empirismo, no es, el conocimiento científico de la materia, sino la explicación de la realidad entera que constituye el fenómeno al que se denomina vida. Sus representantes se alejan por igual del materialismo y del kantismo, o sea del materialismo y del idealismo, para abordar seis aspectos esenciales que vienen a caracterizarlos:

- Uno, su actualismo: para ellos no existe más que el movimiento, el devenir y hasta el ser y la materia, pero siempre en movimiento. “Encierra más el devenir que el ser”, decía Bergson. Y esa es su motivación principal.

- Dos, Su organicismo: la realidad se muestra en forma orgánica, es decir, que la biología es más decisiva que la física, aunque para algunos, como Dilthey, también la historia tiene importancia.

- Tres, su irracionalismo: el interés por la biología les hace en alguna medida empiristas, pero sobre todo irracionalistas. Los conceptos, los apriorismos y las derivaciones lógicas no tienen cabida. Los métodos a emplear por la filosofía, según ellos, son la intuición, la práctica, la comprensión histórica, pero no los métodos racionales.

- Cuatro, Su objetivismo: aceptan la existencia de una realidad objetiva que trasciende al sujeto, por contraposición con cualquier clase de subjetivismo, de tal forma que rechaza el idealismo trascendental kantiano o absolutismo conceptual.

- Quinto, su pluralismo: son proclives a las teorías evolucionistas por contraposición con los monismos materialistas e idealistas.

- sexto, su personalismo: La mayor parte de ellos son afectos a la consideración de la persona como punto de partida del filosofar. Los dos representantes más importantes son:

 

1 W. DILTHEY (1833-1911)

Dilthey se autodenominó el filósofo de la vida, una vida vista desde la perspectiva humana y de la historia de la cultura. Su objetivo fue realizar una crítica de la razón histórica que complementara la kantiana y proporcionar a las ciencias del espíritu (como él denominó las ciencias sobre el hombre), una base, pero al margen de las nociones biológicas; por lo que intentó comprender al ser humano psicológica e históricamente. Propuso una psicología que conociera el alma del individuo, basada en la reconstrucción de la biografía e historia del mismo, lo cual no se podía comprender desde el estudio de las ciencias físicas o naturales. La filosofía debía entender, según los historicistas, la experiencia vivida por el individuo y a dónde le había conducido, pues el ser humano se va formando con los acontecimientos históricos y vitales que experimenta, lo que demuestra que cada etapa tiene sus propios valores y criterios de verdad. Su obra más representativa es: La introducción a las ciencias del espíritu

2 H. BERGSON (1859-1941)

Nació en Paris. Dio clases de filosofía en diversos colegios y universidades, entre los que sobresale el College de France. La idea central de su filosofía fue la del pensamiento vivo, tal y como se presentaba a la conciencia, que él denominó duración real. El tiempo vivo, era algo continuo que atravesaba generaciones y las sustentaba. La inteligencia no podía aprehender  esta movilidad inherente que poseía, pues el pensamiento tendía a esquematizar y detener para lograr entender. Sólo la intuición era capaz de proporcionar una idea de la duración real, de la vida, de captar su movilidad antes de que la lógica la detuviera catalogada en conceptos. La duración real conservaba los momentos anteriores transcurridos que seguían siendo en el presente e influían en lo que estaba por suceder. Según Bergson, la inteligencia es la atención que el espíritu aplica a la materia, la intuición, la atención que el espíritu se presta a sí mismo.

Entre sus obras sobresalen: Materia y memoria (1896), La risa (1900), La energía espiritual (1919), El pensamiento y lo moviente (1934), entre otras.

NOTA: ampliar la temática