GRADO 11- EXPOSICIÓN 8- SEGUNDO PERÍODO- 2025
PERSONALISMO
Es una corriente
filosófica que postuló el supremo valor de la persona por encima del individuo.
Dicha distinción permitirá no confundir estas dos expresiones, que en la vida
cotidiana se usan indistintamente. El individuo es un ser indivisible que no presenta
características propias que lo definan y, por tanto, un ser anónimo como podría
ser un número de cuenta; mientras la persona es un ser espiritual, con valores
y cualidades propias e intransferibles. La individualidad es mecánica, material
e intercambiable. Así, por ejemplo, si Javier muere, otro hombre vendrá a
sustituirlo. En el caso de una persona, no es lo mismo. La pérdida de una
persona, de un amor, de una amistad, es irreparables. La persona es así la
totalidad del ser humano concreto y vivo: material, espiritual, apasionado,
virtuoso, pecador, caracterizado por tendencias propias e insustituible. En
síntesis, se puede decir que las principales características del ser persona,
se resumen en no ser un mero objeto, sino
que su libertad, su creatividad y su responsabilidad son fundamentales para
definirlo. La persona es un ser encarnado, situado en un cuerpo, situado en la
historia y constitutivamente comunitario. A continuación, se expondrá,
sintéticamente, el pensamiento de sus principales representantes.
J. MARITAIN (1882-1973)
Representante de la
escolástica, retoma el pensamiento tomista y establece una metafísica cristiana
para rebatir los errores del idealismo moderno. Según él, el hombre es una
persona, no un individuo aislado; está vinculado a Dios, y orientándose hacia Él
realiza la expansión de todas sus posibilidades. Sólo a través del personalismo
cristiano se conseguirá la ampliación del campo del saber, integrando ciencia,
filosofía y sabiduría. Las obras más influyentes son: Para una filosofía de
la persona humana y Metafísica de Bergson.
2 E.
MOUNIER (1905-1950)
Para comprender la
filosofía de Mounier y, por ende, el personalismo, es necesario compararlo con
otras dos grandes corrientes contemporáneas, el marxismo y el existencialismo,
así como con el individualismo propio de la sociedad moderna, ante las cuales
mostró sus distancias y posiciones. La defensa de la persona lo lleva a
combatir, en primer lugar, el individualismo, el cual se le presenta como una
tendencia que fomenta el egoísmo y el consumismo, la ambición y la
despersonalización del hombre en aras del mero bienestar y el desmedido afán de
riquezas. Según él, el individualismo es el peor enemigo del personalismo. Ante
el individualismo recalcitrante, el personalismo reivindica a la persona como
fuente de valores humanos, partiendo de una relación comunitaria en la que las
demás personas no representan un límite o un obstáculo. Para Mounier, la
persona no se halla encerrada en sí misma, sino que está vinculada a la
conciencia, la cual es apertura a las demás conciencias, y por ello
comunicación con ellas. Según este
pensador la persona es dominio, elección, formación y conquista del yo. La
persona puede ser descrita según sus tres dimensiones: vocación, encarnación y
comunión. De ahí que en su manifiesto personalista declare que, aunque no puede
darse una definición rigurosa de la persona, es posible definirla como un ser
espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia e independencia
de su ser; y mantiene esta subsistencia por su adhesión a una jerarquía de
valores libremente adoptados, asimilados y vividos por un compromiso
responsable y una conversión constante: unifica así toda su actividad en la
libertad y desarrolla por añadidura a golpe de actos creadores la singularidad
de su vocación. Entre sus obras más representativas están: tratado del
carácter y ¿Qué es el personalismo?
NOTA: AMPLIAR LA TEMÁTICA
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