lunes, 19 de mayo de 2025

SEGUNDO PERÍODO- EXPOSICIÓN 13:EL CÍRCULO DE VIENA- ESCUELA DE FRANCFORT

 

GRADO 11- EXPOSICIÓN 13- SEGUNDO PERÍODO- 2025

EL CÍRCULO DE VIENA

Tras la Primera Guerra Mundial, surgió una corriente de pensamiento que tuvo su centro en Viena. Dicho movimiento se apartó de la filosofía metafísica y rechazó la separación entre ciencia y filosofía. Este movimiento es conocido como positivismo lógico, neopositivismo o empirismo lógico. Son diversos los filósofos y científicos que se unieron al movimiento, entre los cuales pueden señalarse: M. Schlick (1882–1936), fundador; el físico R. Carnap (1891–1970); el sociólogo O. Neurath (1882– 1945), el matemático K. Gödel y el pensador británico A. J. Ayer (1910–1989). Tras la anexión de Austria por parte de Hitler, los integrantes del círculo huyeron a Estados Unidos, donde prosiguieron con su labor

Estos pensadores se conectaron con el empirismo y tuvieron sus raíces en el positivismo de Comte. Rechazaron la metafísica y consideraron que la filosofía debía conseguir la visión del mundo propia de la ciencia, a la que otorgaron prioridad absoluta. Afirmaron que el conocimiento procedía únicamente de la experiencia, y que los conceptos teóricos, como mostraba el análisis lógico, provenían únicamente de aquella. Todo conocimiento de hechos debía estar relacionado con experiencias verificables; la ciencia, por tanto, debía de estar libre de concepciones filosóficas del mundo, y utilizar un lenguaje que fuera posible expresar en términos matemáticos y lógicos. Las proposiciones de la metafísica y la ciencia del espíritu eran falsas y rechazables, pues no podían comprobarse mediante el análisis lógico de los datos procedentes de la experiencia y estaban basadas en juicios de valor que no constituían más que expresiones emotivas, y por ello ni verdaderas ni falsas. Teniendo en cuenta todo esto, los pensadores del círculo afirmaron que había que callar frente a todo aquello que no fuera reducible al lenguaje analítico y sin admitir si quiera que haya algo acerca de lo cual no hablamos.

ESCUELA DE FRANCFORT

Instituto para la investigación social, en Fráncfort (Alemania) a principios de 1920, gracias a un legado de Félix Klein. Su primer director fue Friedrich Pollock; pero fue bajo la dirección de Max Horkheimer en 1931, que ésta adquirió más importancia y empezó a elaborar el programa de Teorías críticas de la sociedad. La revista del instituto era el Archivo para la historia del socialismo y del movimiento obrero, pero con Horkheimer se empieza a publicar La revista para la investigación social, que se propone recuperar y desarrollar los temas propios del archivo.

Un rasgo típico de la escuela es instaurar los nexos entre hegelianismo, marxismo y la teoría freudiana, al partir de una visión global y crítica de la sociedad contemporánea, pues la sociedad, para la investigación social, es considerada como un todo, donde una de sus preocupaciones principales, es sacar a la luz la contradicción de la sociedad capitalista. Otros temas permanentes de la escuela son: por una parte,  el fascismo, el nazismo, el estalinismo, la guerra fría, la sociedad opulenta y la revolución pendiente y la crítica a lo que denominan razón instrumental. Por otra parte, la relación entre Hegel y el marxismo, entre éste y las corrientes filosóficas contemporáneas; así como también el arte de vanguardia, la tecnología, la industria cultural, el psicoanálisis y el problema del individuo en la sociedad de hoy.

Inicialmente participan Friedrich Pollock (economista), Henryk Grossmann (economista), Karl-August Wittfoguel (sociólogo), Franz Borkenau (historiador) y Max Horkheimer (filósofo). Luego se unieron Theodor W. Adorno (filósofo, musicólogo y sociólogo), Hebert Marcase (filósofo), Erich Fromm (sociólogo y psicoanalistas), Walter Benjamín (filósofo y crítico literario) y Franz Neuman (politólogo). Todos estaban reunidos con el propósito de una reflexión crítica sobre la sociedad pre-industrial y el concepto de razón que la hizo posible. Según ellos hay una estrecha relación entre teoría y práctica, entre conocimiento y acción.

Cuando Hitler tomó el poder, les tocó exiliarse en Ginebra, Paris y New York. En 1950 renació el Instituto para la Investigación Social y aparecen sociólogos y filósofos como Alfred Schmidt, Oskar Negt y, el más conocido de todos, Jurgen Habermas.

1 M. HORKHEIMER (1895-1973)

Nació en Stuttgart, Alemania. Estudió en Munich, Friburgo y Fráncfort, se doctoró  en 1922 bajo la dirección de Hans Cornelius, quien influyó en varios frankfurtianos.

Es considerado como uno de los principales miembros y promotores de la llamada Escuela de Fráncfort o Escuela de Fráncfort del Instituto de Investigación Social. Se le deben trabajos en sociología y sociológico-filosóficos sobre temas como: la autoridad, el autoritarismo, la familia, los orígenes de la sociedad burguesa, la cultura de masas, el papel de la ciencia y de la técnica, la libertad, el fascismo, el psicoanálisis, entre otros; los cuales atienden a los fenómenos concretos, pero que se hallan alejados del positivismo sociológico, especialmente el que insiste en métodos cuantitativos, así como de la sociología académica alemana de su tiempo. Horkheimer, estimó que la interpretación de ciertos fenómenos históricos cruciales (como la Ilustración, el Romanticismo, las tendencias pesimistas, entre otras.) podría proporcionar una clave para la comprensión de las estructuras de la sociedad actual y poder realizar un ensayo de un proyecto de perspectivas futuras. La interpretación o reinterpretación del marxismo fue en este aspecto fundamental, por lo cual con frecuencia se ve en Horkheimer un marxista, pero cuando se tiene en cuenta su crítica del materialismo dialéctico, con severas dudas acerca del materialismo histórico, se le estima como un autor muy alejado de toda tradición marxista.

2 J. HABERMAS (1929-    )

Nació en Dusseldorf. De 1955 a 1959 fue ayudante y colaborador de Adorno. De 1961 al 1964 enseñó filosofía en la Universidad de Heidelberg, donde trabajaba H. G. Gadamer. En 1964 fue nombrado profesor titular de sociología y filosofía de la Universidad de Fráncfort. De 1971 a 1980 fue director en el Max-Planck_Institut de Starnberg para la investigación de las condiciones de vida del mundo técnico científico. De 1980 a 1981 fue director del mismo instituto para las ciencias sociales. En 1983 regresó a Frankfurt como profesor de filosofía.

Aunque el pensamiento de Habermas sigue una línea compleja, hay algo que parece constante: su intención de poner en marcha una crítica social que tenga como base una teoría de la sociedad, la cual la teoría y la práctica caigan bajo una forma de racionalidad capaz de aportar a la vez explicación y justificación. La más conocida contribución filosófica de Habermas, o por lo menos, la más tratada, es la que se centra en torno a la noción de interés. Habermas plantea que el carácter interesado del conocimiento no tiene por qué hacer de éste  la expresión de una acción últimamente inexplicable e irracional. Habermas insiste en que las decisiones prácticas no son impulsos irracionales como creen los positivistas, con su tendencia a tecnificar la ciencia y a separar la teoría de la práctica. Pero esto no lleva a Habermas a un rechazo de las ciencias positivas; lo que se trata de hacer es señalar su lugar dentro de varios niveles posibles de racionalización. Los esfuerzos de Habermas se encaminan hacia una nueva teoría de la razón que incluya la práctica, es decir, una teoría que sea justificativa y explicativa.

El problema que se plantea Habermas es el de eludir a la vez el naturalismo, de la mayor parte de positivistas y cientifistas y de no pocos marxistas, y el trascendentalismo, que se manifiesta en las corrientes idealistas y en parte de las corrientes hermenéuticas. La idea de una autorreflexión de la especie humana, bajo la forma de una historia natural de la especie humana está destinada a evitar toda dicotomía entre lo empírico y lo trascendental

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