GRADO 11-
EXPOSICIÓN 7- SEGUNDO PERÍODO- 2025
HISTORICISMO Y VITALISMO.
Son dos corrientes
filosóficas que surgieron enraizadas en los acontecimientos del siglo XIX y la
filosofía de Nietzsche, como reacción al racionalismo hegeliano y al
positivismo. En sentido amplio, historicismo hace referencia a aquella
corriente que consideró que la historia tenía vida propia y que en
consecuencia se desarrollaba siguiendo unas leyes internas y unos objetivos
determinados. Sin embargo, en filosofía se trató más de un movimiento que
desatendió totalmente la ciencia natural y estudió al ser humano y su historia
cultural, al hombre en su marco histórico.
Se denomina vitalismo
a la corriente filosófica que atiende a la llamada idea de la vida o filosofía
de la vida, aunque algunos estiman que se trata, más adecuadamente, no de
la filosofía en sí, sino de una manera de reflexión o reflexiones sobre la
vida. El planteamiento esencial de esta corriente vitalista y, por ende,
irracionalista, por contraposición con el empirismo y el neo empirismo, no es,
el conocimiento científico de la materia, sino la explicación de la realidad
entera que constituye el fenómeno al que se denomina vida. Sus representantes
se alejan por igual del materialismo y del kantismo, o sea del materialismo y
del idealismo, para abordar seis aspectos esenciales que vienen a
caracterizarlos:
- Uno, su actualismo:
para ellos no existe más que el movimiento, el devenir y hasta el ser y la
materia, pero siempre en movimiento. “Encierra más el devenir que el ser”,
decía Bergson. Y esa es su motivación principal.
- Dos, Su organicismo:
la realidad se muestra en forma orgánica, es decir, que la biología es más
decisiva que la física, aunque para algunos, como Dilthey, también la historia
tiene importancia.
- Tres, su
irracionalismo: el interés por la biología les hace en alguna medida
empiristas, pero sobre todo irracionalistas. Los conceptos, los apriorismos y
las derivaciones lógicas no tienen cabida. Los métodos a emplear por la
filosofía, según ellos, son la intuición, la práctica, la comprensión
histórica, pero no los métodos racionales.
- Cuatro, Su
objetivismo: aceptan la existencia de una realidad objetiva que trasciende
al sujeto, por contraposición con cualquier clase de subjetivismo, de tal forma
que rechaza el idealismo trascendental kantiano o absolutismo conceptual.
- Quinto, su pluralismo:
son proclives a las teorías evolucionistas por contraposición con los monismos
materialistas e idealistas.
- sexto, su
personalismo: La mayor parte de ellos son afectos a la consideración de la
persona como punto de partida del filosofar. Los dos representantes más
importantes son:
1 W.
DILTHEY (1833-1911)
Dilthey se autodenominó el
filósofo de la vida, una vida vista desde la perspectiva humana y de la
historia de la cultura. Su objetivo fue realizar una crítica de la razón
histórica que complementara la kantiana y proporcionar a las ciencias del
espíritu (como él denominó las ciencias sobre el hombre), una base, pero al
margen de las nociones biológicas; por lo que intentó comprender al ser humano
psicológica e históricamente. Propuso una psicología que conociera el alma del
individuo, basada en la reconstrucción de la biografía e historia del mismo, lo
cual no se podía comprender desde el estudio de las ciencias físicas o
naturales. La filosofía debía entender, según los historicistas, la experiencia
vivida por el individuo y a dónde le había conducido, pues el ser humano se va
formando con los acontecimientos históricos y vitales que experimenta, lo que
demuestra que cada etapa tiene sus propios valores y criterios de verdad. Su
obra más representativa es: La introducción a las ciencias del espíritu
2 H.
BERGSON (1859-1941)
Nació en Paris. Dio clases
de filosofía en diversos colegios y universidades, entre los que sobresale el College
de France. La idea central de su filosofía fue la del pensamiento vivo,
tal y como se presentaba a la conciencia, que él denominó duración real.
El tiempo vivo, era algo continuo que atravesaba generaciones y las sustentaba.
La inteligencia no podía aprehender esta
movilidad inherente que poseía, pues el pensamiento tendía a esquematizar y
detener para lograr entender. Sólo la intuición era capaz de proporcionar una
idea de la duración real, de la vida, de captar su movilidad antes de que la
lógica la detuviera catalogada en conceptos. La duración real conservaba los
momentos anteriores transcurridos que seguían siendo en el presente e influían
en lo que estaba por suceder. Según Bergson, la inteligencia es la atención que
el espíritu aplica a la materia, la intuición, la atención que el espíritu se
presta a sí mismo.
Entre sus obras
sobresalen: Materia y memoria (1896), La risa (1900), La
energía espiritual (1919), El pensamiento y lo moviente (1934),
entre otras.
NOTA: ampliar la temática
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